Mark Flekken, portero del Duisburgo de la segunda división de la Bundesliga, cometió el oso del fin de semana. Al parecer no se dio cuenta del contragolpe del Ingolstadt y decidió meterse a su arco a refrescarse con un buen buche de agua y cuando volteó el balón ya había cruzado la línea de gol.

Por suerte ganó su equipo 2-1 pesé al tremendo error que cometió, pero seguramente no se salvó de una buena regañada en el vestidor.

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