El presidente de Turquía es más que conocido por su genio dulce, poca diplomacia y sus pocas ganas de hacer amigos, pero ahora sí se quedó sin ni uno. La petición para liberar a un filántropo encarcelado injustamente, encendió la ira de Recep Tayyip Erdogan, al grado que ordenó la destitución de 10 embajadores y como si no fuera suficiente las declaró personas no gratas en el país.
Jeff Flake, acababa de ser aprobado por el comité de Relaciones Exteriores para reemplazar a Satterfield, como embajador de Estados Unidos en Turquía para tomar posesión en unos cuantos días. Sin embargo nada más se quedó con las ganas y vio como su futuro puesto se le escapaba de las manos, siendo el consulado estadounidense el primero en ser notificado.
Los representantes de Canadá y Países Bajos en Ankara, también recibieron la invitación para abandonar el país lo antes posible, poco después de que las naciones firmaran una carta para pedir la libertad de Osman Kavala, un empresario encarcelado en 2013 y en 2017, a pesar de no haber sido condenado por un delito.
Ese fue motivo suficiente para que Erdogan se indignara profundamente y se pusiera sus moños. Durante un evento en Eskisehir, el mandatario dijo que se la firma de los embajadores se le hizo un completo “descaro”, por lo que con todo su nacionalismo y represión, los puso de patitas en la calle en un dos por tres.
¿Qué significa ser persona non grata?
“Le di la instrucción a nuestro ministro de Relaciones Exteriores para que declare a los embajadores personas indeseables en la nación. Le dije ‘Ustedes manejarán inmediatamente la declaración persona non grata de estos 10 embajadores'”, apuntó. Por supuesto, recalcó que el embajador de cualquier país que se atreva a poner en duda al gobierno de Turquía, correrá con la misma suerte.
Tal es el caso del cuerpo diplomático de Dinamarca, Suecia, Noruega y Nueva Zelanda, quienes secundaron la petición. De una buena vez, Erdogan puso punto final a la ya de por sí desgastada relación con Francia, e incluso, Alemania que mantiene cierto vínculo y apoyo con el presidente turco, fue castigado con el desprecio del régimen. Una declaración de persona non grata contra un diplomático, generalmente significa que se prohíbe su permanencia en el país anfitrión.
¿Quién es Osman Kavala?
Diciéndolo abiertamente y con todas sus palabras, Kavala, de 64 años se ha convertido en un preso político. Fiel activista y manifestante activo, fue arrestado en 2013 por cargos relacionados con protestas antigubernamentales. Motivo suficiente para que el equipo de Recep Tayyip, no le quitara la vista de encima.
De ahí que lo acusaran de estar implicado con la crisis y el intento de golpe de estado del 2016 que causó grandes revueltas. De acuerdo con ‘NPR’, varios observadores internacionales y grupos de derechos humanos han pedido repetidamente la liberación de Kavala y del político kurdo Selahattin Demirtas, que ha estado encarcelado desde 2017. Dicen que su encarcelamiento se basa en consideraciones políticas. Ankara niega las afirmaciones e insiste en la independencia de los tribunales turcos.
Sin lugar a dudas, la decisión de Erdogan, no es más que una pataleta de berrinche, que puede tener serias implicaciones. Pero, al final de cuentas, quién sale perdiendo cuando el país tiene apoyo limitado. Lo mismo pasó cuando el presidente turco ganó el refrendo de las elecciones que le concedió más poderes. ¿Recuerdas?
