Lo que necesitas saber:
Los Kansas City Chiefs consiguieron un nuevo contrato para su estadio que recibirá 1.8 mil millones de dólares de dinero público.
No le voy a los Kansas City Chiefs, no conozco Kansas y siendo completamente honestos, a 2 mil 600 kilómetros de distancia, la situación fiscal de un pequeño estado gabacho no es un asunto que me quite el sueño.
Sin embargo, la historia del Nuevo Estadio de los Chiefs que anunció el equipo de la NFL me dejó con el ojo cuadrado.
Y no por lo enorme —para eso ya tenemos el Jerry’s World de los Cowboys—, o por lo costoso —saludos al So-Fi en California—, sino por la cantidad ridícula de dinero público que la gente de Kansas va a sacrificar por tener un equipo de futbol americano.
Los Chiefs se van de Missouri, para robarle a Kansas
Esta historia comienza con una curiosidad geográfica. La ciudad de Kansas City no está en Kansas, está en el estado de Missouri. Es una confusión innecesaria, pero así están desde hace casi dos siglos. Cada quién.
El chiste es que los Kansas City Chiefs juegan en Missouri. Específicamente en Arrowhead, uno de los estadios más clásicos en la NFL, construido en 1972 y que necesitaba una manita de gato para remodelarse.
Entonces, con eso en mente, la franquicia de la NFL pidió excepciones fiscales, impuestos a la medida y otros beneficios de más de mil millones de dólares para quedarse “en su casa” renovada con dinero público más allá de 2030 —cuando terminaba su contrato.
Los votantes de Missouri dicen “NO”
En una votación histórica en 2024, los votantes de Missouri votaron no darle esos beneficios a los Kansas City Chiefs.
Con 58% de los votos en contra, las personas de Missouri se negaron a un plan que le entregaría casi 2 mil millones de dólares de dinero público a sus equipos deportivos —también los Royals, la franquicia de beis, estaba metida en este enredo.
“Si los billonarios no financian mis inversiones, por qué nosotros habríamos de financiar las de ellos”, reclamaban los líderes comunitarios en la elección.
“Estamos decepcionados”, dijo el presidente de los Kansas City Chiefs después de la votación, por lo que todos anticipaban que el equipo se mudaría en 2031, cuando termina su contrato en Arrowhead.
Kansas City Chiefs consiguen contrato en Kansas
Como Missouri no quiso, los Kansas City Chiefs encontraron una opción cruzando la frontera al estado de Kansas para llevarse su operación de NFL.
A tan solo 30 kilómetros de su viejo estadio, los Jefes tendrán su nueva casa.
Apenas es un proyecto, pero se trata de un espectacular estadio techado, con capacidad para 65 mil personas. Suites de lujo, palcos y toda la experiencia. Además de instalaciones de entrenamiento y un complejo deportivo valuado en 3 mil millones de dólares.
Este nuevo estadio de los Kansas City Chiefs promete —entre otras cosas— que este campo pueda recibir un futuro Super Bowl, evitando los climas atascados.
Kansas tiene a los Chiefs, pero a qué costo
Aquí es donde casi se me cae la quijada de la sorpresa. Los Kansas City Chiefs van a recibir 1.8 mil millones de dólares de dinero público para su nuevo estadio.
Eso es el 60% de todo el costo. ¡Pagado por las personas!
Como reporta The Athletic, esta es la mayor inversión de subsidios con dinero público en toda la historia de Estados Unidos para sus equipos deportivos.
Y eso no es lo peor…
Además de la cantidad ridícula de 1.8 mil millones de dólares de dinero público, el periodista Joe Pompliano encontró que el nuevo contrato de los Kansas City Chiefs para su estadio está repleto de horrores.
Estos son algunos de los puntos que más me llamaron la atención:
- El estado es dueño del estadio, pero los Chiefs van a pagar solo 7 millones de dólares anuales en renta.
- Ese dinero de la renta no es para el estado de Kansas. Esos 7 millones se van a un fondo que el equipo puede ocupar para renovaciones, reparaciones y gastos operativos. O sea que los Chiefs van a costear —con su propia “renta”— todas sus operaciones. Sin gastar un peso extra.
- Los Chiefs mantienen el 100% de todos los ingresos de boletos, concesiones o estacionamiento.
- El estado de Kansas recibe una suite para uso de funcionarios, pero el Gobierno tiene que pagar los alimentos o bebidas de sus invitados.
Los involucrados celebran
“Es la mayor victoria económica en la historia del estado”, dijo el Gobernador de Kansas. “Los Chiefs son parte de lo que somos como habitantes de Kansas y serán una parte fundamental de nuestro futuro”.
El dueño de los Kansas City Chiefs, por supuesto, está en la luna de emocionado. “El estadio, las instalaciones y el desarrollo de los alrededores beneficiarán a toda la región y elevarán a Kansas ante los ojos del país y del mundo”, comentó.
¿Y qué gana la gente de Kansas?
Mientras tanto, a mi me sigue impresionando que 1.8 mil millones de dólares de dinero público se vayan a los bolsillos de un dueño millonario de la NFL.
¿De verdad nos gustan tanto nuestros equipos deportivos y sus estadios que las personas están dispuestas a gastar el 20% de su presupuesto de educación en regalarles un estadio?
Un estadio que, por cierto, tendrá 10 mil asientos menos que el anterior; abriendo la puerta a asientos de lujo, suites y experiencias que queden fuera del alcance de los mismos fanáticos que pagaron su construcción. Uno no quiere andar de amarranavajas, pero a veces el deporte te rompe el corazón, ¿no?
Una relación tóxica con nuestros equipos deportivos y estadios
Agarramos a los Kansas City Chiefs porque son el tema del momento, pero la misma reflexión podemos tenerla de este lado de la frontera.
El Necaxa —que ese sí es mi equipo favorito, por cierto— recibió ayudas de dinero público cuando se mudaron a Aguascalientes. Pachuca recibió terrenos de donación en Hidalgo. Y nomás para no andar señalando a unos equipos, imagínense que a 12 equipos de la LigaMX les perdonaron más de 2 mil millones de pesos de impuestos.
Pero regresemos al tema: muchas cosas se pueden decir de los Kansas City Chiefs en la cancha; las carreras de oro de Kelce y de Mahomes, la leyenda de Andy Reid o la reconstrucción de una dinastía; pero más allá de las 100 yardas, la historia de su mudanza a Kansas queda como un punto preocupante sobre el futuro deportivo en el mundo.
