El martes 11 de junio el Auditorio Nacional fue sede de un concierto muy agradable. Hugh Laurie en el marco de la gira de promoción de su último álbum, Didn’t It Rain, se presentó ante sus fanáticos mexicanos.
“Están tomando un riesgo muy grande, yo solía ser actor y ahora me presento como músico.Todo puede suceder” fueron más o menos las palabras con las que nos recibió el británico, famoso por su interpretación de Doctor House (y el papá de Stuart Little, el ladrón de los 101 dálmatas, el acompañante de Rachel en el avión en un capítulo de Friends y un largo etc.). En el público había desde el más despistado fanático que se autoproclama como el más fiel seguidor de la serie House MD pero que no sabía sino hasta hace poco que Laurie ahora se dedica a la música, como aquél que ansiaba escuchar Kiss of fire, que es originalmente un tango, con letra de Louis Armstrong en versión de Laurie. Afortunadamente el concierto pudo complacer a cada uno de los asistentes.
En un principio Hugh Laurie se adueñó del escenario; vestido en un traje morado con una camisa verde chillante, se mostró entusiasta y cómico a manera de los viejos tiempos de A bit of Fry and Laurie. Nos hizo cantar Let the Good Times Roll de Earl Kinglo que sirvió para integrar al público y poner el tono de la noche: el setlist fue una gran mezcla de canciones viejas y temas que él mismo compuso. Laurie nos comentó que para él era muy importante que hubiera gente que se reuniera a escuchar estas canciones viejitas, que algunas tenían incluso 100 años y que temía desaparecieran.
Así, Armstrong, Nina Simone, Dr. John, Bessie Smith y Jelly Roll Morton entre otros se aparecieron en el escenario recreados por la increíble Copper Bottom Band en una noche en que Blues y Jazz se hicieron los protagonistas. Poco a poco la figura de Laurie se desvanecía ya que, seamos honestos, tampoco posee la más grande voz y el talento musical de sus músicos, por ejemplo las vocalistas Jean McClain o Gaby Moreno sobresalía sin duda. Laurie tampoco se animó a hacer un solo en el piano, dejó eso para sus músicos a los que todo el tiempo agradecía y señalaba como la mejor banda del mundo. De esa manera, más que la figura y fama del actor, lo que importó fue la música misma.
Digno de mencionarse es el encore, en que Laurie salió al escenario con la playera de la selección mexicana y para desearle suerte a nuestro combinado nacional interpretó Mais que nada de Sergio Mendes. Posteriormente en una interpretación de You Never can Tell de Chuck Berry (la que bailan John Travolata y Uma Thurman en Pulp Fiction) hubo una pequeña intervención del Cielito lindo que terminó por enamorar al público.
En su segunda vuelta al escenario, Laurie y la Copper Bottom Band iban a interpretar la última canción Changes pero el público los interrumpió para cantarle las mañanitas al británico ya que hoy, 11 de junio, es su cumpleaños. Laurie agradeció muy conmovido y nos dijo que era uno de los regalos de cumpleaños más bellos que jamás le habían dado. De la misma manera, el concierto de ayer es algo que todos los asistentes van a recordar y atesorar en sus memorias.
Por: Adam Vázquez
Fotos: OCESA / José Jorge Carreón
