Si algo necesita el país en estos momentos es liderazgo, un liderazgo que pueda lidiar con el desastre de Estado que tenemos ahorita y que pueda arreglar los problemas de corrupción e impunidad que vive el país… pero bueno, mientras el país necesita eso, el presidente retomará su agenda internacional ya que, bueno, es «de la mayor importancia».
La Presidencia de la República recortó a 6 días (en lugar de los 10 originales) la ausencia del primer mandatario Enrique Peña Nieto para acudir a la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico en China y asistir al arranque de la cumbre del G20 en Australia.
Presidencia dijo en el oficio que mandó al Senado que la participación de Peña es «de la mayor importancia» ya que busca consolidar al país como «actor responsable global». La pregunta es ¿es verdaderamente responsable global si ni siquiera puede garantizar la seguridad de los inversionistas en nuestro país y que no habrá corrupción por parte de los cuerpos de seguridad?
A los mexicanos nos encantan los invitados, pero también sabemos que debemos tener en buena presentación nuestra casa.
El coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, dijo en rueda de prensa:
«Somos 110 millones de mexicanos profundamente indignados con lo que pasó [en Ayotzinapa], pero tenemos que seguir viendo y velando por estos 110 millones de mexicanos»
Claro que esos 110 millones de mexicanos lo que quieren es un país sin corrupción ni impunidad y que las instituciones sirvan, si algo aprendimos con Calderón es que, de poco (o nada) sirven tantos tratados internacionales si el país se está desmoronando.
Además, dijo que China sólo hizo dos invitaciones, una a Obama y otra a Peña Nieto.
«El país no se puede detener, siendo de verdad un hombre que lamenta profundamente lo que le ocurrió, primero a seis muertos y luego a 43 desaparecidos, que la prioridad –como ha dicho el presidente– es localizarlos»
Pero recordemos que Obama mismo canceló sus planes internacionales (ISIS) cuando tuvo la crisis del ébola en su territorio, porque sabe que la gente necesita sentir que el gobierno está concentrado en resolver los problemas que más la aquejan, no queremos que el país se paralice, sólo queremos que se pueda continuar trabajando, y trabajando bien, y para eso hay que resolver los problemas. El país no se detiene por el capricho de la gente, el país avanza de manera desviada y hay que detenerse un momento para que tome un buen rumbo.