Y continuamos con este apartado que busca recordar a los talentos que México nos ha dado a lo largo de su historia y que a su vez forman parte de la identidad cultural que hoy en día prevalece. Porque la música es un lenguaje infinito y a través de ella podemos conocer aspectos más profundos de una época en concreto; aspectos tanto económicos, políticos, sociales y culturales traducidos en notas.
Así como la historia es importante para entender y analizar tanto nuestro presente, así como nuestras aspiraciones a futuro, la música nos permite entender y dar forma a nuestra identidad cultural, algo sumamente valioso hoy en día ya que parece estar sumamente amenazada por la monstruosa industria musical que nos rodea, pero que podemos mediar al menos siendo conscientes de su existencia; además, para nuestros lectores músicos, es sumamente valioso tener en cuenta los diversos lenguajes musicales que México nos ha dado.
Carlos Chávez
Cuando hablamos de los compositores más reconocidos en la historia de México no puede faltar Carlos Chávez, músico, compositor, promotor y periodista mexicano que dejó una fuerte huella dentro de la identidad cultural de nuestro país, estandarte que utilizó desde sus primeras obras y en su vida personal, y por el cual se le atribuye como personaje fundamental en la consolidación del movimiento nacionalista.
El nació el 13 de junio de 1899 en Popotla, en ese entonces, cerca de la capital de México. Desde temprana edad -9 años- demostró su talento tras el piano. Formó su educación musical con su hermano Manuel y tomó clases con músicos de talla importante como Asunción Parra, Manuel M. Ponce y Pedro Luis Ogazón, este último le atribuyó toda su formación musical.
Su familia pasaba de vacaciones viajando a gran parte de la república mexicana, fue así que Carlos Chávez conoció a temprana edad la herencia prehispánica de estados como Tlaxcala, Michoacán, Guanajuato, Oaxaca y muchos más, los cuales inspiraron indudablemente su lenguaje musical y con el cual siempre fijó su iniciativa por que los jóvenes compositores tuvieran siempre presente sus raíces musicales.
Carlos Chávez fue un hombre que viajó mucho tiempo a Europa y Estados Unidos, así logró empaparse de un sin fin de expresiones y conoció a un gran número de artistas importantes de la época, lo cual se le facilitó aun más ya que él trabajaba como periodista de El Universal.
Como factor común entre sus contemporáneos, la época que rodeó a Carlos Chávez era el de la identidad nacional, en donde al concluir la revolución mexicana los artistas buscaron la manera de enfatizar nuestras raíces prehispánicas, así como lo hizo en el muralismo Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Esta esencia por lograr una identidad también empapó los ideales de Carlos Chávez en un inicio y siempre enfatizó en que el arte no debía ser visto como un lujo, por lo cual siempre lucho por ofrecer conciertos para las clases obreras y clasificó la música como eficaz e ineficaz, afirmando:
“La Revolución en música es, en suma, la lucha del arte útil contra el arte inútil. Es la lucha del arte para todos, contra el llamado arte de la élite, de la aristocracia intelectual.”
Así mismo siempre se preocupó por el aspecto científico-artístico de la música popular mexicana, insistiendo que los músicos mexicanos estaban obligados a conocer sus tradiciones ya que de lo contrario no podrían realizar “música mexicana”:
“El regionalismo se convierte en verdadero nacionalismo cuando éste es la suma equilibrada de todas las regiones. El “estilo nacional” será el resultado del conocimiento mutuo de los mexicanos, y del país mismo en todas sus manifestaciones.”
Siempre se le reconoció a Carlos Chávez su genialidad por componer de manera autodidacta, a sus 20 año ya había compuesto un sin fin de obras para piano, cámara y una sinfónica. A lo largo de su carrera dejó más de 200 composiciones y se le atribuyó a formar dos generaciones de compositores, el llamado Grupo de los Cuatro (Blas Galindo, José Pablo Moncayo, Salvador Contreras y Daniel Ayala) y, en los años sesenta, la Generación del Taller (Héctor Quintanar, Mario Lavista, Eduardo Mata, Humberto Hernández Medrano y Francisco Núñez Montes).
Pero a decir verdad su nombre es mayormente reconocido por su papel como gestor cultural, enfatizando sus contribuciones que dio siendo director del Conservatorio Nacional de Música, del Departamento de Bellas Artes de la SEP, del Instituto Nacional de Bellas Artes; como director de la Orquesta Sinfónica Nacional y del Departamento de Danza y la Ópera de Bellas Artes. Lugares en los que siempre fungió con la iniciativa de generar una conciencia de la identidad nacional y con ideas innovadoras que demostraban su curiosidad por las expresiones musicales que sonaban al rededor del mundo.
Sin embargo gran parte de la identidad revolucionaria de Carlos Chávez fue opacada poco a poco debido a que sus propósitos lo fueron orillando a alinearse con el sistema político en surgimiento. De pronto el Estado mexicano le otorgó autoridad y privilegios por encima de sus contemporáneos de manera que poco a poco se convirtió en autoritario.
“Pocas veces ha sido dado a un músico la posibilidad de influir de manera tan contundente y prolongada en el desarrollo del arte de su país.”, señaló Yolanda Moreno Rivas.
Entonces pasó de ser un artista a una figura política, un divulgador y pensador. Muchos le atribuyen a él que las carreras de compositores como Silvestre Revueltas, Manuel M. Ponce y Julián Carrillo fueron seriamente afectadas debido a sus fuertes criticas y autoritarismo. Tuvo infinidad de conflictos con sus contemporáneos y al fin y al cabo hizo que la sociedad mexicana los desconociera a lo largo del tiempo, lo que va totalmente en contra con la defensa de músicos mexicanos y la música mexicana que en un principio enfatizaba.
Sin embargo aun así hay que tomar lo bueno de lo malo y Carlos Chávez, a pesar de su personalidad, al fin y al cabo logró marcar huella importante en la identidad nacional gracias a su papel como un desarrollador de la cultura mexicana del siglo XX.
T: @hreveh