Las despedidas de soltero, ese momento esperado por muchos hombres donde al pobre incauto -que está por contraer matrimonio- se permite una última noche de despapaye (literal).
Estas celebraciones locas no siempre son lo que el novio imagina, y como ejemplo tenemos a un novio vasco que en lugar de una fiesta llena de mujeres, sexo, perversión y vicios, terminó sufriendo una broma por parte de sus cuates, quienes le vendaron los ojos porque supuestamente saltaría de un puente (actividad conocida como ‘puenting’).
Para que se fuera con la finta le colocaron un arnés, una almohadilla en la cabeza ‘por si hubiera un hipotético impacto’ y supuestamente lo llevaron hasta el puente desde el que saltaría al vacío. Obviamente el pobre estaba espantado, y así, en calzones, recibió instrucciones de un supuesto instructor.
Y entonces llegó el momento del salto y fue cuando el novio se dio cuenta de la vacilada y claro, comenzó a mentar madres mientras sus amigos no dejaban de reír:
Si lo analizamos fríamente, lo ocurrido fue un buen entrenamiento para el desengaño que el novio vivirá ahora que le echen la soga al cuello.