Hace un par de días, como parte de la agenda de cine del festival South By South West, se estrenó A Quiet Place, el nuevo filme de horror de John Krasinski, quien además de dirigir, lo protagoniza junto a su esposa Emily Blunt. Esta película narra la historia de un mundo apocalíptico donde sólo existe una regla para sobrevivir: no hacer ruido.
Los protagonistas, padres de familia, deben cuidar a sus hijos de la amenaza mientras se adaptan a las circunstancias de un nuevo mundo liderado por monstruos ciegos. A través de lenguaje de señas y señales, logran sobrevivir durante un tiempo; sin embargo, el sonido como parte de la naturaleza humana y la noticia de que están esperando un bebé, hará que las cosas se compliquen aún más. ¿Un recién nacido en un mundo de silencio?
La idea de la película, el realismo, las actuaciones y el trabajo de Krasinski como director, logró conquistar al público que tuvo la oportunidad de verla, pues recibió el 100 por ciento de calificación en el rating de Rotten Tomatoes. Nada mal para una cinta de terror, un género que no ha terminado de encantar a los críticos de la vieja escuela pero sí a las nuevas generaciones.
¿Por qué? Porque esta cinta va más allá de un mundo en destrucción donde monstruos extraños cazan humanos. En realidad, es una interpretación de la evolución del lenguaje y cómo los seres humanos, en sociedad y ante la amenaza de morir, se adaptan a cualquier circunstancia.
A Quite Place se une a una pequeña lista de películas dirigidas por Krasinski como The Hollars en 2016 y Brief Interviews with Hideous Men en 2009. Además, representa el primer trabajo del matrimonio en la gran pantalla.