Este 15 de octubre, Friedrich Nietzsche cumpliría 176 años. Por esta razón, queremos festejar al autor de Así habló Zaratustra y El Anticristo recordando su relación con el compositor y dramaturgo Richard Wagner, con quien sostuvo largos diálogos sobre filosofía, música, arte y hasta religión.

El primer encuentro de Nietzsche y Wagner

Friedrich Nietzsche y Richard Wagner se conocieron en 1868, cuando el músico visitó su ciudad natal, Leipzig, donde aún vivían sus hermanas. Sí, fue una de ellas, Ottilie, quien invitó al entonces joven filósofo de tan solo 24 años de edad. Solo poco tiempo antes, él había sufrido un accidente durante su servicio militar después de que cayera de un caballo.

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De acuerdo a La Vanguardia, después de su primer encuentro, la conexión entre Wagner y Nietzsche fue inmediata, pues ambos admiraban a Arthur Schopenhauer y pensaban que la música era una nueva religión. De hecho, el autor de Humano, demasiado humano, admiraba Tristan und Isolde y Die Meistersinger, operas del músico.

Tan solo un año después, Nietzsche es nombrado profesor en Basilea, pero también era un visitante frecuente de Richard y su esposa, Cósima Wagner. Esta pareja lo introduciría poco a poco en su círculo más íntimo, mientras el músico se apoyaba en el joven filósofo para su proyecto de festivales de Bayreuth.

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Los diálogos entre un filósofo y un compositor

Cuando se conocieron, Richard Wagner tenía 50 años, mientras Friedrich Nietzsche tenía solamente 24. Sin embargo, esta diferencia de edad no sería un gran impedimento para que ambos se entendieran, dialogaran y discutieran sobre varios temas que a los dos les interesaban.

Sobre la relación de estos dos personajes, Aura Antonia García, en Letras Libres, indica que entre los dos existía admiración y reconocimiento Para Nietzsche, el compositor fue una fuente de inspiración que permeó buena parte de su obra mientras que para Wagner, el joven filósofo fue un consuelo: la prueba de que, pese a no tener el grado académico que hubiera deseado, alguien de ese entorno avalaba sus opiniones”.

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Tanta fue la influencia del compositor en el filósofo, que varias de sus obras están dedicadas a él, para bien o para mal; como ejemplos tenemos: El nacimiento de la tragedia, El caso de Wagner y Nietzsche contra Wagner.

Igualmente, en El Espectador señalan que, mientras Richard en ocasiones se convertía en el pensador y criticaba a Sócrates, Friedrich se transformaba en músico, se atrevía a tocar el piano e incluso a componer una que otra pieza; como ocurrió cuando creó Meditación de Manfred, la cual despedazó el director de orquesta, Hans Von Bülow.

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El fin de un intercambio intelectual

Todo aquello que unía a Nietzsche y Wagner, con el tiempo se fue disolviendo y provocando que la relación entre los dos se terminara. Por ejemplo, una de las tantas cosas que iniciaron el distanciamiento fue cuando el filósofo demostró su admiración al compositor Johannes Brahms, algo que no le cayó del todo bien a Richard.

Después, también fueron las opiniones de Nietzsche sobre la guerra, el futuro, la religión, el hombre, pero sobretodo porque para Friedrich, Wagner se estaba aburguesando. El filósofo entonces ya comenzaba a ser aquel que escribió Así habló Zaratustra.

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Un par de obras del filósofo que demuestran el fin de su amistad, son El caso Wagner y Nietzsche contra Wagner, textos que publicó en 1888 y 1889. Sí, en el primero podemos encontrar frases como: “Y eso que yo era uno de los wagnerianos más corrompidos… capaz incluso de tomarme a Wagner en serio”.

Mientras que en el segundo, Nietzsche declara lo siguiente: “Ya en el verano de 1876, en plena celebración del primer Festival, dije adiós a Wagner. No soporto la doblez; desde que Wagner estaba en Alemania había ido condescendiendo paso a paso a todo lo que yo despreciaba”.

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La demencia de Friedrich Nietzsche

Tras contraer sífilis, difteria y disentería en la guerra franco-prusiana, comenzó a padecer fuertes migrañas y luego demencia, por lo que en alguna ocasión Richard Wagner le consiguió un médico. Luego de la visita del especialista, según La Vanguardia, éste le envió una carta al compositor para indicarle que lo que tenía Friedrich no era grave y que solo le había recomendado que no se masturbara tanto.

Como una travesura, Wagner dejó abierta intencionalmente la carta sobre su mesa para que su secretario contara el hecho rápidamente, logrando que todos se burlaran de Nietzsche. Y a pesar de esto, antes de estar en un sanatorio mental en Basilea, de permanecer en Turín, el filósofo tocaba piezas de Richard en un piano que tenía a la mano; e incluso, antes de su muerte, pidió que le tocaran música de quien fuera su amigo.

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*Con información de La Vanguardia, El Espectador y Letras Libres

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Me llamo Erick Ponce y trabajo en Sopitas.com desde el 2020. De hecho, entré justo un mes antes de que se decretara la pandemia de COVID-19; pero bueno, este no es el lugar para deprimirlos. Antes colaboré...

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