¿Podemos decir que El Topo fue la película que convirtió a Alejandro Jodorowsky en un director de culto? Sí. Eso no significa que sea su película más digerible, pero sí la que le permitió llegar a audiencias internacionales que se asombraron, para bien o para mal, con su obra. Y uno de ellos fue John Lennon.
En 1970, Alejandro Jodorowsky estrenó El Topo, una producción mexicana a la que se le acuñó por primera vez el término acid western: una mezcla entre los elementos de los famosos spaghetti westerns y la contracultura de los años 70 (inspirada, es justo decirlo, en el consumo de sustancias).
Y, siendo justos, también debemos decir que El Topo y las películas catalogadas como acid western (incluso algunas de los 60) apelaban a la exploración espiritual del director a través de su obra… y eso, en términos de Hollywood, significaba que la película no haría mucho dinero. Por lo tanto, su distribución sería limitada, si no es que nula.
Y es aquí donde entra John Lennon en la historia. Pero vamos por partes, para contarles cómo el ex Beatle ayudó a construir la carrera de Jodorowsky.
¿De qué va El Topo de Alejandro Jodorowsky?
El Topo sigue a un sujeto que deambula por tierras sometidas a la violencia y en las que debe probarse como héroe. Primero, El Topo convive con su hijo y con una mujer llamada Mara, quien lo reta a enfrentarse a los Cuatro Maestros del Desierto.
Digamos que Mara no es una buena influencia para el protagonista y, además, lo traiciona. Esto nos lleva a la siguiente parte del relato, en la que El Topo, a través de la meditación y una suerte de viaje iniciático, renace como un hombre iluminado, capaz de desprenderse de la superficialidad de la vida física y material.
La película es rarísima, evidentemente. Está plagada de símbolos, de mitos, de interpretaciones y de lecturas religiosas que se combinan con escenas bastante gráficas y violentas. La cosa con El Topo de Jodorowsky es que muestra la violencia como parte de un mito, y estos han de ser dramáticos, quizá sangrientos, para revelar su lección.
Sin embargo, fue esa misma violencia y la aparente inconsistencia en la historia y su desarrollo lo que provocó que, en sus primeras proyecciones, varias personas abandonaran la sala. Y así, ¿quién querría distribuir una película que se perfilaba para no generar dinero en taquilla?
John Lennon y su relación con El Topo
El Topo se produjo en México, pero sus principales proyecciones se dieron fuera del país. Por ejemplo, se exhibió algunas noches en el Elgin Theater de Nueva York, apelando a las audiencias involucradas en la escena avant-garde de la ciudad: aquellas que irían a ver un western dirigido, escrito y protagonizado por un chileno producido en México.
Entre la audiencia en alguna de esas noches estaban John Lennon y Yoko Ono. Ambos amaron El Topo. Y cuando decimos “amaron”, no es cualquier cosa: la fascinación de Lennon por esta película de Jodorowsky fue tan grande que, sin él, la cinta no habría sido distribuida.
La presencia de Allen Klein
John Lennon convenció a Allen Klein, el famoso manager de The Beatles, de que distribuyera la película en Estados Unidos. Y así sucedió. Pero también se buscaba que ABKCO, la compañía de Klein, produjera las próximas obras del director. Y así fue… por un rato.
Klein financió La montaña sagrada, otra de las grandes obras del chileno. Pero la relación entre ambos se rompió cuando, dicen, Klein le pidió adaptar una novela francesa y Jodorowsky se negó. Ese fue el fin de su relación financiera y comercial.
Películas de medianoche gracias a Lennon y Jodorowsky
En una entrevista de 2007 para Dazed, Alejandro Jodorowsky dijo que, cuando llevó El Topo a Nueva York, “nadie entendió la película. Pero John Lennon sí. John y Yoko Ono le mostraron El Topo a Estados Unidos, la presentaron”.
Pero eso no fue todo lo que hizo Lennon por El Topo. También le pidió a John Barham, un pianista y compositor británico, que trabajara en el score de la película, creado por el mismo Jodorowsky junto a Nacho Méndez. La grabación se realizó en Abbey Road Studios y toda la cosa.
De acuerdo con algunos expertos, el apoyo que Lennon otorgó a El Topo funcionó como base para la estrategia de proyección de filmes independientes: películas de medianoche, proyecciones nocturnas de cintas de culto, de autor o experimentales. (Ahora bien, la idea de las proyecciones nocturnas surgió en los 50 en la televisión, pero se consolidó como un fenómeno en los 70).
