Este 2025 ha sido un año maravilloso en términos de cine, sobre todo porque Lynne Ramsay regresa después de varios años de ausencia. Lo hace con la adaptación de Die, My Love (Mátate, amor), novela de la argentina Ariana Harwicz, protagonizada por Jennifer Lawrence y Robert Pattinson.
Nos emociona mucho este regreso, pues Ramsay es una de las directoras más destacadas del siglo XXI (aunque comenzó a finales del XX). Su filmografía se ha descrito como poética gracias a un imaginario visual cargado de metáforas; pero, al mismo tiempo, está compuesta por relatos y personajes brutales que revelan las distintas formas en que los seres humanos se adaptan a entornos que los vuelven más vulnerables.
Die, My Love no es la excepción. Para nosotros, es una de las mejores películas de este 2025 y, además, una de las más sobresalientes dentro de la filmografía de Jennifer Lawrence. Aunque la actriz —también productora de la cinta— no ha sido de las más mencionadas en las predicciones para la temporada de premios, creemos que sin duda lo merece.
Pero antes de hablarles a fondo sobre esta película, hagamos un repaso por la filmografía de Lynne Ramsay para descubrir por dónde conviene empezar, qué títulos es mejor dejar para después y cuáles ver a continuación.
Ratcatcher
Ratcatcher es el primer largometraje de Lynne Ramsay. Se estrenó en 1999 en el Festival de Cannes, donde recibió una gran cantidad de críticas positivas que la señalaron como una de las voces más innovadoras y emocionantes dentro y fuera del cine británico.
La película está ambientada en la década de los setenta, en Glasgow, específicamente durante la huelga de recolección de basura, que provocó la acumulación de toneladas de residuos en las calles, el surgimiento de diversas plagas y la intervención del ejército para reducir el impacto.
Aquí conocemos a James, un niño de clase obrera que protagoniza un incidente con uno de sus compañeros, hecho que marcará gran parte de la carga emocional del personaje a lo largo de la historia. Ratcatcher aborda la fantasía de conciliar los sueños y las aspiraciones en un entorno hostil.
La historia entabla una conversación directa sobre el miedo a la muerte y cómo su cercanía resulta reveladora respecto a la existencia. Es un debut brillante que define el sentido poético del cine de Ramsay: complejo, sugerente y lleno de imágenes sutiles, fruto de la imaginación de un niño que asume las consecuencias de un mundo adulto.
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Kes de Ken Loach
The 400 Blows de Francois Truffaut
Forbidden Games de René Clément
Saturday Night and Sunday Morning de Karel Reisz
Morvern Callar
Morvern Callar es el segundo largometraje de Lynne Ramsay. Lo estrenó en 2002 con el protagónico de Samantha Morton (una de las actrices más infravaloradas de la industria) y Kathleen McDermott. El título de la película corresponde al nombre de su protagonista y está basado en la novela de Alan Warner publicada en 1995.
Morvern es una trabajadora escocesa que, la mañana de Navidad, descubre que su pareja se ha quitado la vida. Él le deja algunas cosas, entre ellas el manuscrito de un libro que ella decide publicar bajo su propio nombre. El texto es tan bueno que deciden publicarlo de inmediato y le adelantan un pago que la impulsa a viajar.
La actitud de Morvern parece fría y la vuelve un enigma para los espectadores, convirtiéndola en un personaje no sólo extraño, sino profundamente fascinante. Ramsay plantea aquí las formas que consideramos “correctas” para atravesar el dolor o el duelo, así como para buscar la liberación y la independencia. También introduce la idea de alejarse de la realidad como una forma de supervivencia.
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The Crying Game de Neil Jordan
Mulholland Drive de David Lynch
Possession de Andrzej Żuławski
Repulsion de Roman Polanski
We Need to Talk About Kevin
Pasaron casi diez años para que Ramsay regresara con su tercer largometraje. Lo hizo en 2011 con la película que le dio fama internacional: We Need to Talk About Kevin (Tenemos que hablar de Kevin), basada en la novela homónima de Lionel Shriver. El elenco está encabezado por Tilda Swinton, John C. Reilly y Ezra Miller.
La historia sigue a Eva, una exviajera y escritora que ahora es esposa de Franklin y madre de Kevin. La película comienza con su nueva vida: vive sola en una casa vieja, trabaja en una agencia de viajes y reside cerca de la prisión donde está recluido su hijo, acusado de haber asesinado a varios de sus compañeros de escuela.
El relato nos lleva entonces al pasado, cuando Eva conoce a Franklin y conciben a Kevin, un niño que desde muy pequeño manifiesta comportamientos inquietantes, especialmente hacia ella. Sus actitudes revelan una psicopatía latente, aunque nadie a su alrededor parece notar lo que Eva percibe con claridad.
Tenemos que hablar de Kevin abrió de forma directa el debate que con frecuencia evitamos sobre la naturaleza frente a la crianza, y la pregunta que lo sostiene: ¿qué nos hace ser como somos?. Presenta una narrativa con tintes nihilistas sobre la paternidad y la maternidad, y sobre los horrores inherentes a la crianza.
Es una película excepcional que enfrenta las violencias sociales asociadas a la maternidad: aquella que queda aislada cuando se evade el tema de la salud mental para señalar, precisamente, una “mala” crianza.
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Frankenstein de James Whale
Mother de Bong Joon-ho
Elephant de Gus Van Sant
Funny Games de Michael Haneke
You Were Never Really Here
A estas alturas del partido, ya podemos decir que Lynne Ramsay es la ama y señora de las adaptaciones. Para su cuarto largometraje, estrenado en 2017, la directora escocesa llevó a la pantalla la novela You Were Never Really Here, de Jonathan Ames, con Joaquin Phoenix como protagonista.
Uno de los elementos más destacados del filme es la música, compuesta por Jonny Greenwood en su segunda colaboración con Ramsay. Su trabajo sonoro acompaña la historia de Joe, un exsoldado con estrés postraumático que vive con su madre convaleciente.
Joe, además, carga con los traumas de una infancia marcada por el abuso. Ahora trabaja como sicario y es contratado para rescatar a la hija de un alto funcionario público, secuestrada por un grupo criminal dedicado a la trata de menores.
Los métodos de Joe son, por decir lo menos, extremadamente brutales. Pocas veces una película logra conjugar con tanta fuerza la violencia y la ternura en un mismo personaje. Las formas visuales son fragmentadas, difuminando la línea que separa la realidad de la fantasía, incluso en los momentos más violentos.
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Taxi Driver de Martin Scorsese
Drive de Nicolas Winding Refn
I Saw the Devil de Kim Ji-woon
Oldboy de Park Chan-wook
Die, My Love
Este 2025, como mencionábamos, Ramsay regresa con la adaptación de Die, My Love, producida por Jennifer Lawrence y protagonizada por Robert Pattinson, Sissy Spacek y Nick Nolte. Es su quinto largometraje y, tras su estreno en cines el 6 de noviembre, llegará a MUBI como uno de sus títulos originales.
Die, My Love tiene en el centro de su historia a Grace, una mujer que mantiene una relación con Jackson, con quien se muda a una casa en la zona rural de Montana, propiedad del difunto tío de su pareja. La idea es que Jackson salga a trabajar mientras ella se dedica a escribir.
Su relación es pasional, y los encuentros sexuales entre ambos son constantes. Pero todo cambia cuando Grace queda embarazada y da a luz a su bebé. El sexo no sólo se reduce, sino que desaparece. La distancia con Jackson se hace cada vez mayor, sobre todo ante la sospecha de posibles infidelidades por parte de él.
Grace fantasea con un motociclista mientras su conducta se vuelve más errática e incluso peligrosa, aunque nunca hacia su bebé.
Mucho se ha dicho sobre cómo Die, My Love aborda la depresión posparto, pero esa es apenas la lectura superficial. En realidad, la película trata sobre la manera en que una mujer se redefine a partir del nacimiento de un hijo y de la soledad que este proceso conlleva.
Es una de las películas más reveladoras acerca de cómo las “reglas” de la maternidad se replican en todas direcciones: hacia los hijos, los padres, los tíos y los esposos. También reflexiona sobre cómo la sexualidad se ve condicionada por factores sociales.
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Rosemary’s Baby de Roman Polanski
A Woman Under the Influence de John Cassavetes
Persona de Ingmar Bergman
The Babadook de Jennifer Kent
¿En qué orden ver las 5 películas de Lynne Ramsay?
Nos vamos a ir a la segura con esta pregunta. Pero su filmografía es tan específica en su narrativa y en su ritmo, que lo mejor es empezar con su cinta más “comercial”: Tenemos que hablar de Kevin. Es una película que nos da una idea general, pero muy certera, de lo que podemos esperar del resto de su obra.
Después seguiríamos con Ratcatcher. De verdad, pocos debuts son tan destacados e impresionantes. A fin de cuentas, esta película definió el estilo visual y metafórico de la directora escocesa. Es una de sus obras más bellas y una contribución clave al realismo social británico.
Die, My Love como tercera opción es ideal. Se alinea con conversaciones más actuales y, muy probablemente, circulará en la temporada de premios, especialmente gracias al trabajo de Jennifer Lawrence.
En cuarto lugar pondríamos Morvern Callar, un retrato precioso y radical del duelo. E insistimos: Samantha Morton merece mucha más atención de la que ha recibido. Y para cerrar, You Were Never Really Here, la película menos accesible de Ramsay debido a un ritmo que puede resultar complejo de seguir, pero que nos permite entrar de lleno en la mente de una persona rota.
