Cada persona vive de manera distinta la maternidad. Por lo que hablar de esta como un mismo horrors, sería poco preciso e irresponsable. Sin embargo, lo que sí se puede definir desde un punto general, es la conversación que nos dice que ser madre es un fin, y que el camino es bello. Y eso es lo que hace Huesera, una de las mejores películas mexicanas de los últimos años.

Pero vamos partes. Ver la maternidad como un regalo o un proceso de desarrollo (en relación al rol de género establecido) reduce, un espectro amplísimo, a una obligación física, emocional, psicológica, económica e incluso moral/religiosa. La plática, así, sobre ser madre o no, toma un rumbo tortuoso en el que se invalidan argumentos de las dos partes.

Foto: Pixabay

Huesera sobre una maternidad que se toma por resignación

Por ejemplo, actualmente una mujer que quiere ser madre, es cuestionada por diversos grupos que se contradicen al pelear por una libertad que están anulando. Y al otro lado, la negativa implica más cuestionamientos que van desde la sexualidad de la persona, hasta su aparente responsabilidad con el mundo (la crianza de líderes que cambien las cosas).

En cualquiera de los dos casos, siempre impera la conversación de la maternidad como algo precioso y casi milagroso, sin entender cuáles han sido las implicaciones de este discurso. Y una de ellas es la maternidad no deseada, pero que implica cierta resignación.

Es decir, una mujer que en el fondo no desea ser madre, pero cede ante la presión social y cultural. Esto es lo que explora Huesera, la ópera prima de Michelle Garza Cervera: el impacto psicológico y físico de una mujer embarazada que, aterrada, descubre que la maternidad no es lo que le han dicho.

Natalia Solián en ‘Huesera’ / Foto: IMDB

¿De qué va Huesera?

Huesera tiene como protagonista a Valeria, una joven mujer que junto a su mamá y tía, va en camino a ver una monumental estatua de la Virgen de Guadalupe para pedirle que la convierta en madre. Su mamá le persigna el vientre, y unas semanas después, descubre que está embarazada.

Las primeras reacciones de los demás no son de felicidad, sino de reclamo por haberse tardado tanto. Luego, con tan sólo unas semanas de embarazo, comienzan los cuestionamientos respecto a su calidad como futura madre.Si a ti ni te gustan los niños“, le dicen.

Pronto entendemos que en Huesera, Valeria, quien se dedica a trabajar la madera, realmente no desea la maternidad como “debería”. Y todos esos reclamos, más las advertencias del dolor del parto, afectan su sueño y su estabilidad psicológica.

Valeria, la protagonista de ‘Huesera’ / Foto: Imcine

El sacrificio de la maternidad en Huesera

En Huesera, la protagonista comienza a ser perseguida por la figura de una mujer fracturada (literal con todos los huesos fracturados). Y así, sus propios huesos, empiezan a tronar.

El guion de Abia Castillo y la directora, exploran en Huesera los horrores, como les contábamos, de la maternidad no deseada y cómo queda oculta entre sonrisas de felicidad, consejos no solicitados y la recomendación de no quejarse del dolor físico (como si fuera una prueba de fuego de los dolores, pero emocionales, que un futuro ha de provocar un hijo o hija).

Algo que también hace genial a Huesera es cómo evalúa la idea, también impuesta, del instinto materno. Primero, la que nos dice que todas las mujeres queremos ser madre; y la que propone un sacrificio total por las y los hijos.

Huesera es muy clara con la primera, pero con la segunda, es aún más incisiva al reconocer que a pesar de que Valeria no quiere ser madre, jamás podría permitir que algo o alguien lastime a la bebé (no como instinto materno, sino de supervivencia y humanidad).

Imagen de ‘Huesera’ / Foto: Imcine

La culpa de ser mujer pero no ser madre

Durante una visita con su familia en casa de sus padres, Valeria se encuentra sentada en la cocina ayudando al resto de mujeres a preparar los alimentos. Su tía comienza a romper un pollo, y ese ruido particular, se hace recurrente en algunos de los momentos más turbios.

Todo da un giro de 180 grados en Huesera cuando durante una noche de insomnio, es testigo de una tragedia que aparentemente involucra a una mujer. Con eso, la figura de un cuerpo completamente roto, la acosa, la persigue y la lastima. Esa paranoia le da un permiso total a los demás, como su familia y pareja, de controlar su embarazo y de insinuar un futuro poco exitoso para ella como madre, mas nunca se menciona la supuesta vulnerabilidad del bebé.

En otras palabras, que lo único que importa es humillar a la madre, dejando de lado el cuidado del bebé (una conversación que permanece en el tema del aborto, por ejemplo, que reconoce el “derecho a la vida “del feto sin importar las condiciones de la misma).

Imagen de ‘Huesera’ / Foto: Imcine

Lo mejor del cine mexicano en los últomos años

Huesera ha hecho un recorrido largo en distintos festivales internacionales como Tribeca donde recibió la dupla a la Mejor Nueva Dirección Narrativa y el Premio “Nora Ephron” a la Mejor Película Dirigida por una Mujer. Y no es para menos.

Sin duda, Huesera es una de las más destacadas no sólo dentro del género de horror (con el cual tenemos una relación un tanto complicada entre obras magistrales que siempre intentar ser superadas). Sino de toda la filmografía en el país al retomar un tema que si bien ha sido explorado en otras cintas (desde hace décadas, por cierto), lo hace con una visión que corresponde a las distintas aristas y/o conflictos que descubrimos ahora en la maternidad.

Huesera estuvo en compatencia en la edición de 2022 del FICM, y se llevó el Premio del Público. A partir del 23 de febrero, Huesera llegará a salas de cine en México.

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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