La tarde del martes 7 de marzo, días antes de la ceremonia de los premios Oscar en su edición 95 que corresponde a 2023, se calentaron las aguas en la categoría de Mejor Actriz. ¿Por qué? Michelle Yeoh, una de las nominadas, publicó una captura de pantalla de una nota de Vogue que “explicaba” por qué Yeoh debía de ganar la estatuilla en lugar de Cate Blanchett.

El post, que luego fue eliminado del perfil de la actriz de Malasia, se hizo viral, y por ende, la editorial de Vogue también, desatando un debate que se perfiló hacia dos lados.

Michelle Yeoh como ganadora en este 2023 / Foto: Getty Images

Unos se fueron directo contra Yeoh por haberle “jugado sucio” a Blanchett. Si bien podemos creer que la intérprete se precipitó al publicar el texto en sus redes sociales (e incluso pudo romper las reglas de la Academia entre las y los nominados), no profundizaremos en eso porque el problema no fue esa extraña movida, sino el contenido del texto.

Y otros se fueron con los argumentos que la persona responsable del texto presentó para justificar el triunfo de la actriz asiática. Consideramos que estos se presentan a un buen debate, pues en lugar de apoyar la recepción de la estatuilla para su favorita (en este caso Yeoh), apeló a una política contradictoria. Pero acá vamos más a detalle.

Cate Blanchett y Michelle Yeoh en los Film Independent Spirit Awards / Foto: Getty Images

¿Cuál es el contexto de la controversia?

El texto se publicó el 5 de marzo en el portal de Vogue bajo el título “It’s Been Over Two Decades Since A Non-White Best Actress Oscar Winner. Will That Change In 2023?”. El título hace alusión a una terrible realidad: la falta de representación, inclusión y diversidad en la industria del entretenimiento, y por ende, en los premios Oscar.

Se menciona, como ha quedado bien documentado, que la última actriz de color en llevarse un Oscar a Mejor Actriz fue Halle Berry por Monster’s Ball en 2002. Cabe decir, además, que ha sido la única actriz no blanca en llevarse la estatuilla. Todas las demás, en los 94 años de historia de los premios de la Academia, han sido actrices blancas. Terrible.

Halle Berry en uno de los vestidos míticos en la historia de los premios Oscar / Foto: Getty Images

La Academia ha nominado a más actrices de color, en su mayoría afrodescendientes, pero nunca les ha otorgado el Oscar más allá de la categoría de Mejor Actriz de Reparto. Esto, sin duda, ha relegado a las mujeres de las minorías hacia un espacio secundario, tal y como sucede en la vida real.

Ese contexto es innegable. Y para la autora del texto de Vogue, este 2023 parecía perfilarse en los Oscar hacia un espacio más diverso con la presencia fuerte de mujeres y mujeres de color con títulos como Till o The Woman King, ambas protagonizadas por dos mujeres afrodescendientes, Danielle Deadwyler y Viola Davis, cuyo trabajo fue aplaudido entre la críticas.

Danielle Deadwyler en ‘Till’ / Foto: Universal Pictures

Categoría de Mejor Actriz

Se pensó que ambas entrarían en campaña para alcanzar una nominación como Mejor Actriz bastante merecida. Pero por ejemplo, en el caso de la primera, Universal prefirió apostarle a Michelle Williams por The Fabelmans, cerrando los espacios de diversidad en la máxima categoría para las actuaciones femeninas.

Fue así como ninguna actriz afrodescendiente fue a la contienda, la cual se cerró con tres actrices blancas (Cate Blanchett, Michelle Williams y Andrea Riseborough), una actriz latina (Ana de Armas) y una actriz asiática (Michelle Yeoh).

La cuota de diversidad, por decirlo de alguna manera, quedó saldada a pesar de la posible injusticia por el trabajo de las dos actrices anteriormente mencionadas. Pero esto siempre pasa. Y la realidad es que siempre se queda fuera alguna actriz o actor cuyo trabajo fue sensacional en una contienda que de decenas de cintas, sólo puede tomar cinco candidatos.

Michelle Williams en un screening de ‘The Fabelmans’ / Foto: Getty Images)

¿Qué decía el texto de Vogue sobre el triunfo de Michelle Yeoh sobre Cate Blanchett?

Hasta aquí todo bien al presentar con datos y nombres, la falta de diversidad y representación en la categoría de Mejor Actriz tanto en años anteriores como en este 2023. Para esta edición, las favoritas para llevarse la estatuilla son Michelle Yeoh por Everything Everywhere All at Once y Cate Blanchett por Tár.

A lo largo de las distintas premiaciones de esta temporada, las dos se han llevado distintos reconocimientos que hacen imposible determinar quién levantará el Oscar.

Las dos se llevaron el Golden Globe gracias a las categorías de Mejor Comedia o Musical y Mejor Drama, respectivamente. Luego, Blanchett se llevó el BAFTA mientras Yeoh se llevó el Independent Spirit y el que quizá sea más determinante en la carrera de actuación, el premio del Sindicato de Actores. Entre unas y otras estatuillas, la apuesta sigue muy cerrada para mencionar a una ganadora definitiva.

Michelle Yeoh en diversas películas / Fotos: Columbia Pictures/A24

La cosa con el texto de Vogue fueron los argumentos que se utilizaron para justificar el triunfo de Michelle Yeoh sobre Cate Blanchett.

Se dijo que Michelle Yeoh debería de ganar el Oscar por dos razones. La primera porque Cate Blanchett ya tiene dos Oscares por su trabajo como Actriz de Reparto en El aviador en 2005 y como Mejor Actriz por Blue Jasmine en 2014. ¿Necesita otra estatuilla para confirmarle al mundo lo buena que es? La respuesta es NO. No necesita otro, entonces no deberían dárselo…

En ese caso, ¿se debería de plantear una nueva regla en la que ningún nominado se pueda llevar más de una estatuilla en su vida actoral, pues uno es suficiente para confirmar su talento dentro de la industria? La idea, por decir menos, es contradictoria si lo que se premia es el talento.

Cate Blanchett en los Oscar de 2005 con su estatuilla / Foto: Getty Images

Pero aquí llega el segundo argumento. Dice que siendo honestos, un Oscar pocas veces se otorga al verdadero talento. En realidad, la estatuilla se va a casa de quien tenga la mejor “narrativa”. Es decir, la campaña que tengan detrás, el tipo de entrevistas que den o incluso cómo su película ha sido más conversada que el resto en contienda.

La duda es, en ese caso, ¿por qué habría de ser importante el Oscar si no se premia el talento sino la política detrás no de la actriz/actor ni de la película, sino del estudio?

Estos dos argumentos son contradictorios, pues pretenden confirmar el triunfo de una mujer asiática por encima del de una mujer blanca con las mismas reglas ocultas que han evitado la representación e inclusión. ¿Por qué el mismo juego que ha evitado la diversidad habría ahora de jugar a favor de esas minorías?

Michelle Yeoh en los Golden Globes de 2023 / Foto: Getty Images

¿Y si hablamos del talento de Michelle Yeoh?

En ningún momento se menciona el enorme trabajo de Michelle Yeoh en Everything Everywhere All at Once, una película que ha divido opiniones entre sus muchas nominaciones (de hecho, es la más nominada de este 2023). Pero podemos decir que la menos divisiva en la de Mejor Actriz porque su trabajo fue impecable.

Michelle Yeoh da vida a Evelyn, una migrante china en Estados Unidos que junto a su esposo y su hija, dirige una lavandería. Evelyn debe lidiar con un montón de problemas que van desde la poca comunicación que tiene con su hija, la llegada de su padre machista a su casa, el distanciamiento con su esposo, y para acabarla de amolar, un verdadero caos con los impuestos del negocio.

Michelle Yeoh es Evelyn en ‘Everything Everywhere All at Once’ / Foto: A24

Y como la vida siempre tiene maneras de complicarse más, Evelyn descubre que existen miles de universos alternos al suyo y ella es la única que puede salvarlos a todos de una amenaza aterradora y poderosa. La película es extensa en sus narrativas, y requirió de Yeoh un seguimiento impecable para el desarrollo de su personaje.

Independientemente de si la cinta es muy generacional (que lo es) o complicada, Yeoh hizo un trabajo fabuloso. Pero nada de esto se menciona en el texto de Vogue; es decir, no justifica el triunfo de Yeoh por su talento. Y ese es el error más grande.

Lo que sí hace, de manera contradictoria, es hablar del gran trabajo de Cate Blanchett como Lydia Tár, una directora de orquesta lesbiana que es acusada de perpetrar dinámicas de abuso de poder y sexual. Un día es la más grande directora en el mundo, y al otro, su carrera se destruye. Blanchett es genial, y es su trabajo lo que la perfila como una de las favoritas.

La falta de representación, inclusión y diversidad

No podemos tapar el sol con un dedo y no ver el histórico problema de la falta de representación e inclusión. Pero lo peor que podemos hacer es minimizar el talento innegable de las y los miembros de las minorías para sólo justificar su presencia en distintos espacios a partir de sus raíces.

Danielle Deadwyler y Viola Davis merecían una nominación al Oscar y competir por el máximo reconocimiento no porque sean mujeres afrodescendientes, sino porque son grandes actrices. Asumir el reconocimiento de una actriz sólo por su color de piel, como se ha hecho hasta ahora con las personas blancas, perpetuaría el racismo y la discriminación.

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