Por: Daniela Benassini

Los asesinos seriales siempre me han parecido una gran fórmula para las series televisivas, sabemos y conocemos ya algunas como Dexter, Hannibal o The Following. En octubre del año pasado nació una serie que, mezclando esto, incluyendo a una dupla policiaca y David Fincher siendo una de las mentes detrás, el resultado es inigualable; esta serie se llama Mindhunter.

Situada en Estados Unidos de los 70, Holden Ford, un agente de la FBI que después de haber tenido una mala experiencia en un caso, entra a la docencia. Ahí conocerá a Bill Tench, y juntos, viajarán alrededor del país enseñando a policías de distintos distritos sobre el funcionamiento de la mente de los criminales. Poco a poco, la sed de Ford por entender a los asesinos más despiadados del país le ayudará a él y a su compañero a atrapar a violadores y asesinos de mujeres por todo el país.

Basada en el libro de criminología Mind Hunter: Inside The FBI’s Serial Crime Unit, de John Douglas, quien fue uno de los primeros agentes del FBI en utilizar la psicología en criminales, Mindhunter cuenta la evolución de la Unidad Ciencias del FBI, siendo Ford y Tench los pioneros en su área, ya que hasta esos momentos los agentes federales se involucraban más en la parte de ejecución, sin pensar a profundidad el por qué un ser humano puede cometer actos tan viles y despiadados.

Junto con una grabadora, los agentes van de prisión en prisión recabando historias de asesinos como Ed Kemper, Jerry Brudos o Richard Speck, psicópatas y autores de crímenes muy perturbadores, con el fin de buscar el punto de quiebre de cada sujeto; desde la relación que tuvieron con su madre, hasta sus fetiches más extraños.

Mindhunter relata capítulo a capítulo la evolución del pensamiento humano; los obstáculos que el mismo FBI les puso a los protagonistas por el cambio de metodología; la misma forma de pensar del ser humano en los 70’s hace que la frase “pensar antes de actuar” tenga un nuevo significado. La transformación del protagonista Holden Ford, interpretado por Jonathan Groff, es contundente en toda la serie, y ni hablar de Holt McCallany quien interpreta a Trench, los dos forman un vínculo muy “buddy movie”.

Sin embargo, este par no hubiera destacado sin Wendy, interpretada por Anna Torv, una psicóloga/mentora que vendrá a tratar cada perfil desde su perspectiva y a veces también a bajarlos de la nube. Y claro, la relación de Holden con su novia Debbie, su completo opuesto.

La esencia de Fincher vive en la serie, a pesar que él solo dirige cuatro capítulos, ¡y vaya que sabemos los regalos que nos ha dado! Las secuencias, los diálogos, las escenas largas (muy a la House of Cards) y unas tremendas actuaciones hacen de Mindhunter una de mis grandes recomendaciones para esta temporada de frío. La banda sonora que acompaña cada capítulo hace que los momentos tediosos se vuelvan más reconfortantes. La maravilla de Mindhunter es que puedes contar violencia macabramente sin enseñar en cuadro una sola gota de sangre.

¡Queremos más Mindhunter!

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