La final soñada de la Conferencia del Oeste arrancó y parece que será la serie que todos esperábamos. Mientras que el Este se trata de defensa, jugar rudo, limitar al rival, ensuciar el juego, el Oeste es un duelo de finura y puntos, muchos, muchos puntos.

Esto es lo que aprendimos del primer enfrentamiento entre Golden State y Houston y lo que nos dice de cómo será la serie.

Rockets-Warriors
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  1. Nunca subestimes el corazón de un campeón

Esa frase la dijo Rudy Tomjanovich en 1995, refiriéndose al equipo que entrenaba, los Rockets de Houston. Lamentablemente para los Rockets, es 2018 y los campeones son los Warriors.

Houston arrancó el juego como favoritos, en buena parte porque eran locales, y los Warriors les enseñaron por qué han llegado a tres finales consecutivas y por qué nadie debería de subestimarlos. Mientras James Harden y Chris Paul favorecieron un juego de aislamientos y jugadas individuales, GS movió el balón por todos lados y acabaron ganando fácil, 119 a 106.

Golden State
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  1. No puedes intercambiar canastas con los Warriors

Houston logró el mejor récord de la conferencia del Oeste basándose en la filosofía de Mike D’Antoni de tirar triples y dobles debajo de la canasta, nada de esas tonterías de dobles largos, con un ritmo frenético y a retar a sus rivales a mantenerles el paso.

Durante 82 juegos y lo que llevaban de postemporada, esa estrategia funcionó pero contra los Warriors las cosas no funcionan así. No puedes intentar ganarles el juego nada más anotando más triples que ellos, porque cuando los triples no caen, todo se desmorona.

Rockets-Warriors
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Los Warriors nunca dejan de meter triples. Si no es Steph Curry, es Klay Thompson, o Kevin Durant o, diablos, hasta Nick Young. Si eres Houston, tienes que jugar defensa para aspirar a algo.

  1. Chris Paul fue contratado justo para esto

La llegada de Paul a los Rockets este año suponía que el base armador por fin lograría superar la segunda ronda de los playoffs, algo que no había sucedido en toda su carrera. Misión cumplida. Pero ahora, el veterano necesita demostrar que si no avanzaba era por culpa del equipo que lo rodeaba, no por él.

Chris Paul
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No se puede pedir más de James Harden, quien metió 41 puntos en el juego. Pero sí se puede pedir más de Paul, y si quieren llegar a las Finales, tendrá que aportar mucho más.

  1. Este juego era más importante para Houston

Los Warriors no tienen nada que probarse a ellos mismos, pero los Rockets necesitaban demostrarse que pueden vencer a quien sea. El primer partido de la temporada regular entre estos dos equipos parecía haber conseguido ese objetivo: los Rockets ganaron en Oracle y terminaron llevándose la serie de temporada regular 2-1.

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Pero este equipo de Warriors es otro, y haberse ido a meter al Toyota Center y ganar así, sin mucha pelea, no es nada buena señal para Houston. En el segundo juego veremos de qué están hechos.

  1. Los Warriors son de miedo

Llevan años siéndolo, pero justo en este momento, en el que teníamos algunas dudas después de una campaña regular llena de lesiones y de partidos perdidos de forma inexplicable, lucen como un equipo invencible otra vez.

Al final del juego, Kevin Durant decía que sentía que no han alcanzado su pico todavía, que pueden jugar mucho mejor. Curry no tuvo un gran juego, y Draymond Green fue diferencia en defensa pero no en ofensiva.

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Si todos los cilindros conectan, no habrá forma de que Golden State, ya dejen ustedes lleguen a la Final, no habrá forma de que no repita como campeones.

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