Los tazones colegiales se juegan a tope, nadie quiere guardarse nada por si alguien le echa el ojo y se lo lleva en el futuro para jugar en la NFL, como el caso de Ben Kline y su papel con su equipo.

Penn State y la Universidad de Georgia midieron fuerzas en el TaxSlayer Bowl, en donde este hombre decidió motivar a sus compañeros a punta de golpes, aunque él fuera quien sufriera las consecuencias.

En la charla motivacional les dirigió algunas palabras, algo típico, para posteriormente propinarles unos cabezazos al casco aunque Ben no traía el suyo y el resultado fue terrible.

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