El canadiense Robert Wickens se llevó el susto de su vida durante las 500 millas de Pocono, en el serial de Indy Car, que se corre con monoplazas y en óvalos (circuitos sin curvas, puras vueltas prácticamente en círculos).

El canadiense no pudo terminar la carrera tras un impactante accidente cuando se corría la séptima vuelta y su auto salió volando.

Ryan Hunter-Reay y Wickens cerraron el espacio entre sus autos, de modo que los bólidos se tocaron y fue ahí cuando el canadiense perdió el control del auto, que se fue directo al muro de contención y por inercia el auto se elevó, después se deslizó por el mismo muro hasta que tocó el alambrado y éste rebotó al carro hacia el centro de la pista.

La periferia del auto se destrozó por completo lo que liberó en cierta medida la energía del impacto, eso protegió el centro del auto, donde se encontraba el piloto, pese a las constantes vueltas que dio la carcasa del auto.

De inmediato apareció la bandera roja, la cual señala que todos los autos deben ir a pits para que el se le diera atención al canadiense y también para recoger los pedazos del auto.

Curt Calvin, quienes vicepresidente de comunicaciones de la Indy Car, explicó que el piloto fue atendido consciente y en estado de alerta. Fue sacado del auto con collarín y fue trasladado a un hospital, donde se reporta fuera de peligro y quizá un poco mareado después tantos giros.

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Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

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