Estamos a nada de que comience la Copa Confederaciones 2017. Así, recordamos primero la de 1999, donde la Selección de México se quedó con el título ante Brasil. Ahora, nos vamos más adelante, en el 2005 donde el Tri sorprendió a más de uno por el nivel que mostró.
Hace 12 años la Selección nos enseño que se pueden dar los resultados y al mismo tiempo, se puede jugar bien al futbol. Ricardo La Volpe tenía la idea clara y a los jugadores para llevarla a cabo. Además, este torneo podría ser fácilmente considerado el más competitivo en todas sus ediciones.
Estaban Alemania, Brasil, Argentina, Grecia, Túnez, Japón y Australia. A los japoneses los dirigía un tal Zico, los alemanes como siempre toda una potencia, los griegos llegaban como campeones de la Euro y los argentinos con talentosos en todas sus líneas.
Al Bigotón y sus muchachos les tocó grupo con la verdeamarela, los del Sol Naciente y los campeones de Europa, tarea nada sencilla. Aún así, se metieron a las semifinales y como primer lugar del grupo. Es más, hasta le ganaron a los brasileños en uno de los mejores partidos que ha dado México en los últimos años.
¿Cómo olvidar esa jugada de Ricardo Osorio? El talento de Sinha dirigiendo los ataques aztecas, Jared Borgetti como ese killer en el área, un Rafa Márquez en el mejor momento de su carrera y hasta el Kikín Fonseca cuando era todo un guerrero y no daba un balón por perdido.
Dirán los nostálgicos que se jugaba bonito y la verdad, tenían razón. No es comparar con la actualidad, es reconocer y darle su crédito al pasado. Este era un grupo de futbolistas que se entendía y sobre todo, captaban a la perfección lo que buscaba el entrenador. No había experimentos, alineaciones raras o cosas inexplicables, solo futbol.
Además, se sumaba la experiencia con la juventud en un resultado extraordinario. Había jóvenes como Aaron Galindo, Gonzalo Pineda, Jaime Lozano y Luis Pérez. Todos ellos aprendían de veteranos como Borgetti, como Ramoncito Morales, Salvador Carmona, Pavel Pardo y Oswaldo Sánchez.
Se dice que se nota cuando un equipo es feliz y con ellos se veía. Claro, ya después vendría el escándalo de supuesto dopaje de Carmona y Galindo en plena Confederaciones, que les valdría la separación del plantel. De ahí, muchos problemas, muchas versiones y hasta teorías de conspiración. Hasta eso nos dio esta Selección, gusto para los morbosos.
Imaginen lo bien que jugaban (si no se acuerdan) que hasta el Kikín anotó ¡dos goles! Tan bien le fue al delantero de Pumas que después de la Copa del Mundo se nos fue a Portugal, a jugar al Benfica.
Y regresando al torneo, vencieron a Brasil, también a Japón y con Grecia empataron sin goles. El problema fue en la siguiente ronda, donde se enfrentaron a Argentina.
Se aplicó el viejo dicho “Jugaron como nunca pero perdieron como siempre”. Un verdadero partidazo, muestra de que un 0-0 puede ser muy entretenido. Ya en tiempos extra nos dieron dos goles. Carlos Salcido anotó al 104′, pero seis minutos más tarde Luciano Figueroa empató y se fueron a penales.
Todos anotaron, hasta Pineda nos regaló un momento inolvidable con su penal a lo Panenka. Los argentinos también lo hicieron y llegó la falla. Osorio erró su penal ante Leo Franco y Esteban Cambiasso (cuando todavía le quedaba cabello) solo tuvo que finiquitar la historia.
Aún así, el sabor de boca no era del todo amargo. Quedaba el partido por el tercer lugar, ante los alemanes. Una vez más, jugaron como potencia ante una potencia. Los teutones la sufrieron, pero se quedaron con la victoria 4-3. Un tal Michael Ballack anotó el gol del triunfo en tiempos extras.
Esa Confederaciones ilusionó a los fanáticos de México. Parecía que el Mundial 2006 sería el bueno, ese que dejaría atrás la maldición de no llegar al quinto partido. Claro, conocemos la historia y se cayeron de nuevo contra Argentina.
Sin embargo, los recuerdos son buenos. Son pocas la veces que se ha visto jugar así a Tri y gracias a eso, La Volpe ha tenido argumentos estos 12 años para seguir en el futbol.
