Si piensan que el portero belga Thibaut Courtois dejó al Chelsea por dinero, están equivocados. El arquero que ganó el reconocimiento al mejor guardameta del Mundial de Rusia 2018, no ganará una miseria en el Real Madrid, eso es cierto, pero hay un motivo más por el cual se animó a volver a España: sus hijos Adriana y Nicolás.
Courtois jugó para el Atlético de Madrid a préstamo por tres años para después hacerse cargo de la titularidad del arco del Chelsea, el dueño de sus derechos federativos.
El arquero viajó a Londres con su pareja, la española Marta Domínguez, sin embargo desde septiembre de 2016 ella decidió regresar a España y en abril del 2017 el arquero confirmó la separación, pese a que esperaban a su segundo hijo.
Con la distancia de por medio, el guardameta comenzó a presionar a la directiva del Chelsea para facilitar su traspaso al Real Madrid y el club inglés no tuvo otra más que ceder, ya que sólo le quedaba un año de contrato.
“Fue por razones personales y tenemos que respetarlo. El Chelsea entendió la situación y ayudó en el acuerdo. Si su familia estuviera en Londres, podría haber sido completamente diferente. Se habría quedado, no hay razones para dejar un club como el Chelsea. Desafortunadamente sus hijos viven con su madre en Madrid”, dijo Christophe Henrotay, representante del arquero.
La baja de Courtois obligó al equipo británico a pagar 80 millones de euros por el portero vasco Kepa Arrizabalaga del Athletic de Bilbao, mientras que Courtouis costó menos de 50 millones.
“Cuando llegamos a Madrid para la firma, estaban sus padres, su hermano, su hermana, sus hijos, la madre de sus hijos… Todos estaban allí y le dije que estaba encantado de lograr este gran acuerdo porque también significa que una familia se une. Pude ver lágrimas en sus ojos y estaba orgulloso de haberlo logrado”, dijo Henrotay.
Ahora Courtois tendrá que pelear por un puesto en el arco al lado de Keylor Navas, quien decidió quedarse pese a que en el papel sería suplente.
