El día de hoy es uno triste después de la noticia del fallecimiento de Dennis Green. El ex head coach de los Minnesota Vikings fue bien conocido por tener un carácter muy fuerte, pero también por ser el creador de una de las ofensivas más explosivas en la historia de la NFL.
Corría el año de 1998 y los Vikings acababan de seleccionar en el Draft a un receptor que llegaba con muchas dudas. Randy Moss, quien dejó la universidad de Marshall con grandes números, pero problemas de indisciplinas. Aún así, Green se arriesgó y rápidamente vería los frutos de su apuesta.
Iniciaron la campaña con Randy Cunningham como mariscal de campo titular. Su paso por los Philadelphia Eagles lo convirtió en ídolo, pero el final de su carrera parecía cerca. Con Cris Carter como principal blanco y Robert Smith como corredor plurifuncional, Minnesota vio nacer algo que realmente no esperaban.
Ganaron los primeros siete juegos de la campaña regular, hasta que llegaron los Tampa Bay Buccaneers y les quitaron el invicto. De ahí, no volvieron a perder en la temporada regular y dominaron a placer a sus oponentes. Con un récord de 15-1, se convirtieron en el tercer equipo en la historia en sólo perder un juego desde que se implementaron 16 juegos en 1978.
En total anotaron 556 puntos, récord que se mantuvo hasta el 2007 cuando los Patriots lograron 589. Y por si fuera poco, Moss impuso una marca que aún no se rompe: la mayor cantidad de touchdowns por un receptor novato con 17.
Green llevó al campeonato de división, superando a los Green Bay Packers de Brett Favre. En los playoffs humillaron a los Arizona Cardinals 41-21, pero llegarían los Falcons para matar el sueño de un Super Bowl.
Este definitivamente fue un fracaso, pero no hay duda que el nombre de Dennis y sus pupilos está grabado en la historia por la espectacularidad de su ofensiva y como tomaron por sorpresa a la liga.
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