Cuando Duvan Zapata llegó al América de Cali, no era precisamente un jugador que se destacara por su técnico individual, pero fue aceptado porque su física se destacaba sobre el de los demás. Había formado una armadura corporal en el campo, en el Valle de Cauca, el segundo departamento más poblado de su país.
En la comunidad de Tamboral, donde creció Duvan, sólo había una cancha de futbol, en la cual coincidía con otros nombre conocido en el mundo del futbol colombiano, Cristian Zapata. La situación económica en la familia no era la mejor, por lo que la familia se mudó a Cali, donde Duvan comenzó su carrera futbolística al ser aceptado por el América.
Los entrenamientos de Duvan se enfocaron en mejorar el golpeo del balón con ambas piernas, el control del esférico y movimientos dentro y fuera del área. Los resultados se reflejaron con goles, los cuales llegaron gracias a recursos técnicos, por ventaja gracias a su portento físico y combinados, por lo que se abrió paso en Primera División a los 17 años.
El golpe más duro
La situación económica mejoró en la familia gracias a Duvan, pero a los 20 años de edad, recibió el golpe más duro de su vida, tras el fallecimiento de su madre, Elsa Cely. Para ese momento, Duvan se encontraba con la Selección de Colombia en el Mundial Sub 20.
El atacante decidió quedarse con el equipo y disputó tres partidos, en los que marcó un gol, contra México, que echó a los anfitriones en los Cuartos de Final.
En ese mismo año dejó Colombia. El dolor de la pérdida de su madre fue uno de los motivos que lo llevó a Estudiantes, en Argentina, donde jugó menos de tres años, pues llamó la atención en Italia, especialmente en el Napoli, que lo fichó en 2013.
Al Napoli, como Lozano
Al igual que el mexicano Hirving Lozano, Zapata tuvo un inicio complicado en futbol italiano, pues tuvo escasas oportunidades por lo que después de dos torneos salió al Udinese con una marca de 15 goles en San Paolo.
Con el Udinese aportó 18 goles en dos campañas y fue fichado por la Sampdoria, a la que aportó 11 goles antes de llagar al Atalanta, el equipo con el que despuntó. En su primera campaña marcó 28 goles, con los cuales su equipo calificó a la Champions League y en la actual campaña ya suma 16 tantos.
Con el Atalanta ha ganado notoriedad y de paso ha incrementado su valor en el mercado. Como jugador de la Sampdoria se valuó en 20 millones de euros, mientras que con el Atalanta alcanzó los 45 millones, además de asegurar un contrato hasta 2023.
