Cualquier aficionado al futbol pensaría que es un acto suicida meterse a la porra del equipo contrario, sobretodo si usas la playera del conjunto del cual eres fanático. En el partido entre Inglaterra y Gales de la Eurocopa 2016, las cámaras notaron un punto blanco entre una marea roja. Era Dominic Moyes, aficionado inglés que se arriesgó con tal de ver a su selección.

“Sabíamos que los boletos podían ser de la parte de los galeses porque los compramos en Viagogo (página de reventa de entradas) y cuando llegaron la semana pasada, decían ‘Asociación de Futbol de Gales’.

Dominic es un director de ventas de 48 años que apoya al Nottingham Forest. Asegura que decidió utilizar la playera de los Tres Leones para el partido esa misma mañana. Lo acompañaron dos amigos, que también portaron playeras de Bournemouth y Hull City, equipos de su país natal.

Los únicos tres ingleses en la sección de Gales afrimaron que los aficionados del equipo contrario fueron respetuosos con ellos y no tuvieron problemas durante el encuentro. (Lo mismo pasaría si uno del América se mete con su playera amarilla entre La Rebel de Pumas, obviamente.)

Su comportamiento fue impecable. Un sujeto nos advirtió, en broma, que mantuviéramos la cabeza abajo cuando nuestra selección anotara. Cantamos nuestro himno nacional y unos aficionados nos aplaudieron; cuando entonaron el suyo, fue increíble.”

Al terminar el partido, los rojos se despidieron del trío valiente de manera cordial, a pesar de que su combinado nacional fue derrotado por el conjunto inglés.

***Vía Mirror

 

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