El 21 de mayo de 2011, el Real Zaragoza dirigido por Javier Aguirre venció 2 goles a 1 al Levante en la última fecha de la temporada de la Primera División Española.
La victoria significó la permanencia del Zaragoza en la máxima categoría del balompié español, pero también desató una una investigación por parte de la Fiscalía Anticorrupción, quién acusó a 42 personas por amañar dicho encuentro.
Entre los señalados destacó el técnico mexicano, Javier Aguirre, así como 9 futbolistas del equipo, que eran acusados de haber recibido 965 mil euros en sus cuentas bancarias, para después entregar dicho monto a jugadores del Levante.
Tras seis años de investigación, las autoridades españolas han confirmado que tanto Javier Aguirre como los 9 jugadores recibieron y retiraron dicha cantidad de sus cuentas bancarias. Sin embargo, en todo este tiempo les fue imposible acreditar el verdadero destino de ese dinero, por lo que la corte española ha estimado que no existen elementos para procesar a ninguno de los implicados.
De esta forma se cierra uno de los capítulos más amargos en la carrera de Javier Aguirre, uno que sin lugar a dudas le dejará marcado de por vida, no solo porque esta acusación le quitó la oportunidad de seguir dirigiendo a la selección japonesa de fútbol y otros equipos de primera categoría, también por la manera en la que se da la resolución final, en donde un juez decidió archivar la acusación por falta de elementos y no porque se hubiera demostrado que las acciones señaladas nunca hubiesen ocurrido. Ora si que “Ni modo, mano”.