El mundo ha estado con la mirada puesta en Río de Janeiro, no sólo por ser la sede de los Juegos Olímpicos 2016 que se avecinan sino también porque la situación política, económica y social en tierras brasileñas son sumamente precarias. Por más que se busque evitar el tema, la justa olímpica se podría ver sumamente afectada.
La visita que dimos al Parque Olímpico de Río nos dejó ver que, aun sin ser expertos en construcción ni mucho menos, se nota que todavía queda mucho por hacer… y eso que el evento iniciará el 5 de agosto.
Lucas Texeira, periodista brasileño, nos platicó que —para él— es sumamente vergonzoso que la prensa extranjera viera las instalaciones del recinto olímpico en esas condiciones. Además, compartió sus dudas sobre si las construcciones y facilidades quedarán listas a tiempo.
Otro problema es el transporte, según comentó Alberto Armedáriz, corresponsal del diario argentino La Nación en Río. Como residente de la ciudad sabe que la nueva línea del metro –que conecta el centro de la ciudad con el Parque Olímpico– debería estar terminada para el 1 de agosto, lo cual deja a las autoridades prácticamente sin tiempo para hacer pruebas y evitar errores.
En caso de que esa línea de metro no funcione de manera correcta, los turistas y asistentes tendrían que utilizar tres diferentes medios de transporte y el trayecto les tomaría dos horas aproximadamente.
A estos contratiempos también hay que sumar la falta de limpieza en las bahías en Río de Janeiro. Los problemas del ayuntamiento con la suciedad han provocado que, aunque lo prometido fuera tener limpia el agua en 80% de las playas, apenas llegaran a la mitad de ese objetivo.
El hermetismo de algunos organizadores con los que tuvimos contacto es evidente y parece que evitar el tema es una de sus principales tareas. Sus rostros delatan preocupación. Durante el recorrido nos llenaron de datos que no aportan información relevante, aunque en una única ocasión reconocieron que Brasil está en la peor crisis de su historia.
Pese a todo, confían en que podrán entregar un buen resultado sin importar las adversidades. Por supuesto, también hay cosas muy buenas que merecen rescatarse.
Probablemente estos serán los Juegos Olímpicos más seguidos desde dispositivos móviles, lo cual provoca que hayan surgido alianzas interesantes.
Se espera que cerca de cinco mil millones de personas estén al pendiente del evento desde internet. Para aprovechar este nivel de alcance, Google ha incorporado a su aplicación de Maps un grupo de personas llamadas ‘walkers‘, quienes tienen la tarea de recorrer los recintos deportivos para regalarnos joyas como la vista de 360 grados desde la cancha del Maracaná.
Gracias a esta iniciativa de Google, las personas que asistan a los eventos podrán consultar –desde esta app– dónde están las entradas del estadio, las instalaciones del Parque Olímpico, los baños y hasta el lugar en el que se sentarán. Ejemplificando, el Centro Acuático María Lenk se puede ver así:
Otro punto positivo es la logística de la venta de boletos para cada evento en la página oficial de los Juegos Olímpicos. Los extranjeros pueden evitar los altos precios de engorrosos paquetes que obligan al comprador a adquirir un viaje en avión, hospedaje y entradas para eventos o competencias que no les interesan. Ahora, cada quien puede organizar su viaje y hacerlo de una manera económica, funcional y verdaderamente útil.
De igual forma, algunas instalaciones están a punto de ser terminadas como el complejo acuático. Siendo honestos, la alberca donde veremos a Michael Phelps participar en su última justa olímpica les quedó bastante bien.
No se puede negar que los aficionados al deporte esperan que todo salga bien y cuando llegue el 5 de agosto los brasileños nos regalen algo digno de ser recordado por siempre. Desde los 12 bailarines –dirigidos por Fernando Meirelles– hasta los miles de atletas amateur que buscan conseguir la gloria y pasar a la historia.
Cada cuatro años, las historias que nos entregan los Juegos Olímpicos son extraordinarias y esta vez no queremos que sean negativas.
***Miguel Delucio / @miguel_delucio
