Para toda la gracia y talento que mostró en las canchas, tal vez el logro más impresionante de Manu Ginóbili, el mejor jugador argentino de la historia, fue haber creado una industria. El turismo específico para ver jugar a Manu en el AT&T Center en la ciudad de San Antonio, Texas fue algo que creció conforme crecía también la leyenda del mítico 20 de los Spurs. Cada noche, decenas de aficionados argentinos que habían hecho el viaje desde Rosario, Patagonia, Buenos Aires, Córdoba o su natal Bahía Blanca, se hacían notar con sus cantos antes reservados para los equipos de futbol y los Riquelmes, los Palermos, los Messis, los Maradonas, con banderas y casacas de la selección, con gritos desaforados. Ginóbili solía responder a esto siempre con gestos de agradecimiento.

La leyenda de Manu se cimentó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cuando llevó a su país, hace exactamente 14 años, a conquistar el oro dejando en el camino a Estados Unidos, algo que se suponía era imposible. Manu no lo hizo solo, desde luego. La mejor época del basketball argentino y figuras como Luis Scola, Fabricio Oberto, Carlos Delfino y Andrés Nocioni lograron el mejor resultado de su historia, pero fue Manu quien hizo que todo funcionara. Desde lograr la canasta del triunfo frente a Serbia & Montenegro (campeones del mundo en ese momento), hasta sus 29 puntos frente a Estados Unidos, la medalla de oro más grande fue para él.

Sus números solitos deberían ponerlo en el Salón de la Fama del basketball. Campeón en Italia, MVP de la Euroliga, medalla de oro en Atenas 2004, abanderado de su país y medalla de bronce en Beijing 2008, 16 temporadas en la NBA, cuatro anillos de campeón con los Spurs, dos veces All-Star, el mejor sexto hombre de 2008… En cuatro años, cuando se vuelva elegible para ingresar, Manu Ginóbili recibirá la llamada.

Pero en la NBA cambió la forma de jugar. Cuando recién llegó a la Liga, era un novato con experiencia, pero poco ortodoxo. Tomaba tiros aventurados, cuando entraban eran espectaculares, y cuando no, se veían desastrosos. Pero trajo con él el eurostep, movimiento que ahora hace que James Harden gane MVPs y que otros jugadores como Dirk Nowitzki popularizaron tremendamente.

Lo que hizo Manu Ginóbili

Pero fue Manu el que empezó a dar esos pasos laterales conduciendo el balón y que le permitían llegar a la canasta evadiendo defensivos. Fue además el jugador más versátil de la Liga durante muchos años, cubriendo posiciones que no le correspondían y cambiando de jugador en defensa como nadie lo había hecho. Esas rotaciones defensivas que ahora vemos en todos los equipos eran mucho menos comunes hace 15 años, y Manu adaptó su juego para poder estar en toda la cancha, donde se le necesitara, empezar juegos, entrar de cambio, cerrar partidos, lo que fuera que se requiriera de él, él lo hacía.

Hoy Kevin Durant puede atacar con el balón, driblar, ser poste, defender al armador, al alero o al delantero del equipo que sea, y es lo que uno espera, pero Manu hacía eso en 2004, y sentó las bases para que otros lo copiaran.

El legado de Manu Ginóbili va a vivir más allá de su carrera, y a mucha gente que no lo haya visto jugar en plenitud le costará entender la entrega, la tenacidad, el talento que tenía Manu. Por esas cualidades, decenas de estrellas actuales y del pasado han salido a Twitter a darle las gracias y a festejar su carrera, misma que causó un impacto profundo en la NBA. Incluso si muchos no lo vieron jugar, lo estarán apreciando en el estilo moderno que ahora todos los equipos han replicado.

 

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