El cuarto juego de la Serie de Campeonato para conocer al finalista de la Liga Nacional llegó.
Los Angeles Dodgers se enfrentaron a Chicago Cubs para continuar el avance con su triunfos, pero el destino se interpuso y tras un buen partido por parte de la novena visitante, todo queda empatado hasta el momento.
Además, en un hecho histórico el joven zurdo Julio Urías fue designado para abrir este combate. Él había estado presente en la Serie Divisional cuando el equipo de casa enfrentaba a Nationals. Al llegar justo en la quinta entrada del partido, tuvo dos entradas completamante blancas y sólo permitió un solo hit.
En la temporada regular, el mexicano trabajó en 18 partidos, 15 como abridor, con saldo de cinco victorias, dos derrotas y efectividad de 3.39. En 77 entradas ponchó a 84 bateadores y concedió 31 impulsos.
Su rival era un veteranísimo John Lackey, quien se encargó de aportar toda la experiencia dentro del campo para superar la presión del momento y empatar la serie, sin preocupación alguna.
Además, los números que ostentaba eran más que fidedignos para dejarle todo el trabajo. 21 partidos como abridor, 8 victorias y efectividad de 3.22, con 103 abanicados y 41 bases por bolas en 131.1 episodios.
En las primeros lances, Urías hizo un trabajo formidable hasta la cuarta. Todo el Dodger Stadium lo alabó cuando vieron que únicamente permitió dos hits, pero tuvo que salir para ser suscitado por Pedro Baez.
Con este último en la loma, Javier Baez y Willson Contreras les dieron las dos primeras a los visitantes. Addison Russell tuvo una gran conexión de bola para impulsar otras dos más.
Llegaba la parte final de quinta y el panorama no era muy alentador para Dodgers. El ya conocido Dexter Fowler junto con Anthony Rizzo continuaron sumando para los Cubs, que de cachorros parecían no tener nada.
Las anotaciones impulsadas de Justin Turner no funcionaron para que algo cambiara y los Dodgers no metieron ni las manos para impedir los siguientes puntos de los Cubs.
Finalmente, los de Chicago arrancaron y parece que van para cosas grandes. El fantasma de la centenaria maldición los merodea, pero fervientemente quieren impedir que la historia se repita una vez más.
El siguiente juego será el día de mañana dentro del Dodger Stadium.
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