Una vez más Sam Bradford va a lista de lesionados. El mariscal de campo de los Minnesota Vikings ha batallado toda su carrera con sus rodillas y muy pocas veces lo hemos visto lucir al 100%.

Para esta temporada las cosas pintaban bien y hasta comenzaron de gran manera. Dos partidos grandiosos y manejando la ofensiva a la perfección. Sin embargo, de la nada llegó una molestia en su rodilla y de nuevo, se perderá lo que resta del año.

Y Bradford no es el único que ha visto como su trayectoria truncada o hasta finalizada. Así que vamos a recordar a algunos de ellos.

Bob Sanders

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Un safety que hacía todo bien. Una bestia a la hora de derribar al rival pero llegaba con tanta fuerza que solo se lastimaba. Era la pieza de una defensa que se dedicaba a robar balones para Peyton Manning y que ganó el Super Bowl en 2006.

El tobillo, el hombro, el pie y más lesiones siempre lo tenían en la banca. Así, el Jugador Defensivo del Año en 2007 quedó en el olvido.

Gale Sayers

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Seguramente nadie que está leyendo esto vio jugar a este corredor. Solo para que se den una idea de lo bueno que fue: es el jugador con la carrera más corta que está en el Salón de la Fama.

Durante los cinco años que estuvo en los Chicago Bears impuso cualquier cantidad de récord pero las rodillas lo dejaron sin carrera. Finales de los sesenta, principios de los setenta no había la medicina de ahora y una lesión de ligamento anterior cruzado era el fin. Aún así regresó y lo hizo bien, pero solo por otros tres años.

Greg Cook

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Dicen que Joe Montana es el mejor mariscal de campo de todos los tiempos ¿no? Pues Bill Walsh llegó a decir en alguna ocasión que Cook pudo ser mejor, pero las lesiones jamás dejaron de atormentarlo.

Su trayectoria comenzó en 1969 y se acortó por múltiples lesiones en el brazo de lanzar. Entre hospitales y dos cirugías (que en ese tiempo no eran poca cosa) decidió colgar el casco en 1973.

Terrell Davis

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John Elway le debe su primer anillo de campeón a este corredor. Encajaba a la perfección en el sistema de bloqueo de Mike Shanahan y lo hizo tan bien que es uno de los pocos que han corrido para dos mil yardas.

El problema de Terrell fueron las migrañas (cabe recordar una en el Super Bowl que lo dejó sin vista un rato) y como a casi todos, las rodillas. En los noventa la medicina no era tan avanzada y se terminó perdiendo los dos últimos años de su carrera.

Sterling Sharpe

El receptor fue un rato el blanco preferido de Brett Favre pero una terrible lesión rompió lo que pudo ser una gran relación. Sharpe lideró la liga en recepciones durante tres años, pero todo quedó en un simple recuerdo.

A finales de la temporada 1994 una lesión en el cuello terminó con sus carreras. Los doctores nunca pudieron arreglar su problema y jamás volvió.

Don Majkowski

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Y hablando de Favre, antes de él sí hubo un mariscal de campo. Majik le decía y el señor tenía una carrera prometedora pero una rotura de ligamento en el tobillo acabó con todo. Justo con esa lesión comenzó el legado de Brett, pero la historia de Don no quedó ahí.

En las pocas entrevistas que dio después mostró radiografías de su tobillo y era digno de Robocop. Tornillos, placas, y todo tipo de artefactos. Intentó jugar para los Lions y los Colts pero jamás al 100%.

Bo Jackson

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Con este corredor siempre quedó el hubiera. Fueron tres muy cortos años con los Raiders en donde apenas jugó 23 partidos. Eso sí, nos dejó videos y videos de su talento para mostrar a los niños lo que era un atleta de verdad.

En 1990 su ante los Cincinnati Bengals los doctores dicen que su cadera prácticamente explotó. Jamás tocó el campo de juego después de eso.

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