Llegó la hora de bajar el telón en el primer Grand Slam de la temporada. Novak Djokovic y Andy Murray disputarán la final del Australian Open y ahí conoceremos al primer gran triunfador del 2016 en lo que podemos llamar un clásico de verano en suelo oceánico.
Esta será la cuarta ocasión que estos dos se midan en Melbourne Park, siendo todas victorias para el serbio con el precedente del año pasado y un 7-6(5), 6-7(4), 6-3, 6-0 en su favor para coronarse.
Hoy en día es casi imposible ganarle a Nole, pasó por encima como locomotora contra Roger Federer y esas son palabras mayores. Hoy llega con ventaja y más cuando se hablan de las 24 horas de descanso que trae a cuestas mientras el británico enfrentaba a Milos Raonic.
Podríamos decir que este enfrentamiento es ya un clásico, nos reservamos a decir un pronóstico aunque los números en realidad hablen en favor de Djokovic, con ese 21-9 sobre Andy y un 6-2 en duelos directos de Grand Slam.
La cabeza de ambos debe estar bien plantada en lo que harán durante el encuentro: Nole seguro vio el juego de su rival en el hotel con palomitas incluidas, mientras que Murray ha tenido que ver todo en video y en un abrir y cerrar de ojos.
La disyuntiva para el británico ahora es el disputar la final del torneo y que uno de sus mayores logros en la vida ver la luz: Kim Sears está a nada de dar a luz y el trajín del partido podría despertar a sus primogénito.
Djokovic no tiene nada que perder y ha dejado fuera durante estas dos semanas las acusaciones de amaño de partidos fuera, por lo que podría convertirse en campeón por sexta ocasión y colocarse como el máximo triunfador junto a Roy Emerson.
Murray puede presumir ser de esos pocos tenistas que han logrado sacarle una victoria al serbio desde enero de 2015 hasta la fecha (Federer y Karlovic lo hicieron también), por lo que un golpe de suerte lo dejaría como el primer británico en conseguirlo.
