La final de la Copa Libertadores se jugará en el Santiago Bernabéu. Por eso en Madrid se espera tener el doble de seguridad que en el Clásico Español del 2015.
En aquel entonces, la seguridad era máxima debido a los atentados que se habían vivido en Francia y Bruselas. Mismos que provocaron que se suspendiera un partido entre Bélgica y España. Ese duelo fue disputado precisamente en el Santiago Bernabéu.
Para el choque entre River Plate y Boca Juniors, se emplearán casi dos mil efectivos. Mismos que serían de las Fuerzas del Estado, la seguridad privada y la Policía argentina. Los sudamericanos se infiltrarán entre los aficionados, para controlar algún posible brote violento, de acuerdo a información de AS.
Y es que el Gobierno de España no piensa escatimar en nada para que el partido se lleve a cabo de buena manera. Incluso llevarían a más efectivas de otras comunidades de Madrid.
El operativo de seguridad arrancará desde el aeropuerto de Barajas. Ahí se impedirá que todos los aficionados con antecedentes penales ingresen al país. Argentina será quien proporcione el registro de barras bravas a la Policía de Madrid, para controlar a los violentos.
El día del encuentro, es decir el domingo 9 de noviembre, las puertas del estadio se abrirán tres horas antes. Es decir, a las 17:30 horas de España. Los aficionados que se dirijan al Santiago Bernabéu deberán superar tres cordones de seguridad, en los que trabajará la Policía Nacional. Junto con la Policía Municipal de Madrid.
El resto será algo a lo que el Real Madrid está acostumbrado. Las aficiones de ambos equipos se trasladarán por diferentes rumbos. Dentro del estadio también estarán separados. Y también en el inmueble, se grabará toda la actividad en las gradas para sorprender a cualquiera que quiera ‘pasarse de listo‘.