Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11

“Soy zurdo, pero chuto mejor con la derecha”… Así se define Ousmane Dembelé, un chico nacido en Évreux, pequeño municipio francés con menos de 50 mil habitantes, situado en la Alta Normandía.

De origen humilde y poco afecto a la escuela, ‘Ous’, como lo apodan desde pequeño, pasó su infancia jugando futbol en un parque cercano a su casa.

“Se pasaba el día jugando con el balón, yo era bastante estricta con sus salidas, pero lo aceptaba porque él solo quería jugar y jugar. Se pasaba horas. No era como otros niños, él era feliz con un balón y desde pequeño sabía que quería ser profesional”, contó la madre de Dembelé en una entrevista con el diario francés ‘L’Equipe‘.

Tuvo que ser el papá de un amigo de Ousmane, quien al percatarse del talento del niño, lo inscribiera en un equipo de Évreux donde de inmediato sobresalió por su talento sometido a la disciplina de los entrenamientos.

“Le repetí muchas veces que jugar solo no era suficiente y él supo ponerse al servicio de los demás, cosa que no hacía al principio. Me escuchó. Enseguida vi que estaba bien asesorado por su familia. Además su mentalidad es muy buena. Por eso creo que se puede esperar mucho de él porque tiene mucha determinación y perseverancia. Sabe muy bien lo que quiere”, platicó a ‘L’EquipeGrégory Badoche, su primer entrenador.

Con apenas 13 años llamó la atención de los clubes Le Havre y Caen, quienes pretendían ficharlo, pero se les adelantó el Rennes, que también lo seguía de cerca, y tras convencer a la madre y hermanos de ‘Ous’, el delantero dio un salto gigante rumbo a su sueño de convertirse en futbolista profesional.

Dembéle ingresó a las categorías infantiles del Rennes en 2014 y en tan solo un año fue promovido al primer equipo y firmó un contrato como profesional.

Al principio padeció porque el entonces técnico del club, Philippe Montanier, no le daba minutos y eso tenía inconforme al joven que ya desde aquel momento sabía que otros equipos, incluso fuera de Francia, lo tenían en la mira.

En mayo de 2016, Ousmane firmó por cinco temporadas con el Borussia Dortmund, que le pagó 15 millones de euros al Rennes por el juvenil atacante.

“Tiene un perfil muy atípico, nunca puedes prever lo que va a hacer, no hay muchos como él, cuando coge el balón puede pasar cualquier cosa”.

“Antes quería driblar a tantos jugadores como pudiera, después su juego evolucionó y se le enseñó a no abusar del individualismo y a no hacer acciones inútiles”, dice Badou Sambagué, abogado del jugador de 20 años, por el que Barcelona pagó 105 millones de euros.

Cuando se trata de atacar no existe mejor recurso que un driblador eficiente y Dembelé es uno de esos. Es uno de los futbolistas con más regates (103 la temporada anterior en la Bundesliga para encabezar el rubro), posee un desborde arrollador, salvaje, piernas largas y zancada infinita.

Sin embargo, no hay que perder de vista que se trata de un chico de 20 años que aún debe aprender a asociarse, a no jugar permanentemente a máxima velocidad, a poner una pausa en medio del estrépito.

Ous’ ha marcado 22 goles en su incipiente carrera, de los cuales 12 han sido con la pierna derecha, nueve con la izquierda y uno de cabeza… “Soy zurdo, pero chuto mejor con la derecha”, suele decir.

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