Un delantero que es digno de recordar ahora y siempre es Didier Drogba. El marfileño marcó una época llena de glorias con el Chelsea e hizo que los Blues fueran candidatos y ganaran prácticamente todos los títulos en juego.

Sin embargo, no todo fue color rosa y tuvo sus vaivenes. Hubo situaciones que en ocasiones le costaron trabajo y así, vale la pena volver al pasado y hacer memoria con este killer lleno de grandeza.

Su llegada

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Muchos dudaron de su contratación pues no era un atacante probado. Lana ya había en el equipo, pero José Mourinho decidió que invertiría en ese delantero que jugó bastante bien en el Marsella.

Los que lo criticaron tuvieron que callarse y muy rápido. Ese 2004 fue el inicio de una relación hermosa entre club, afición y jugador, pero todo a base de goles. Apenas en su tercer partido de Premier League anotó contra el Crystal Palace.

El problema fue que poco más tarde una lesión bastante extraña en un músculo abdominal lo dejaría fuera dos meses. Los haters se dieron vuelo, pero ahora la historia les dijo que estaban muy pero muy equivocados.

Los títulos

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En su primera temporada como jugador del equipo londinense cayeron los trofeos. La Premier League y la en ese entonces Football League Cup.

Se convirtió en una pieza fundamental en una columna vertebral envidiable. Eran Drogba en el ataque, Frank Lampard en el medio campo, John Terry en la defensa y Petr Cech en la portería. No le faltaba nada a ese equipo y se notaba.

Sumó un total de 11 títulos locales entre ligas y copas. Eso sí, muy probablemente el más importante que consiguió fue en 2012, ante el Bayern Múnich en una final de Champions League. Didier levantó la primer y única Orejona en la historia del club.

Un ídolo en un equipo que comenzó su grandeza a base de billetazos, pero que en ese momento nadie se quejó.

La salida

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El padre tiempo no perdona a nada ni a nadie, ni siquiera al futbolista marfileño más caro en su momento. Poco a poco la lesiones y la baja de juego lo hicieron perder los reflectores. Pero como todo enamoramiento, el amor entre el Chelsea y Drogba era incondicional.

Su partida fue una de las más sanas y limpias que hemos visto en los últimos años. Se acabó su contrato y no renovaron, así que fue libre de irse a donde quisiera y como quisiera. Eligió el dinero y emigró a China.

Ah, pero ese 2012 no fue el adiós definitivo. Didier se fue al país asiático, después a Turquía al Galatasaray y como buena historia de amor, volvió con el amor de su vida. El 25 de julio del 2014 regresó por la puerta grande.

Duró poco el gusto, pero la despedida fue épica. Su último partido en Stamford Bridge no terminó como el quería. A los 30 minutos se lesionó pero sucedió algo mágico: todos sus compañeros lo sacaron en hombros y el estadio se rindió a sus pies.

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