Los actos de violencia hacia el autobús de Boca Juniors que terminó por posponer y cambiar la sede de la Final de la Copa Libertadores no ocurrieron un 11 de septiembre, en realidad sucedieron el 24 de noviembre, sin embargo, por la gravedad de los hechos y el impacto internacional, el presidente de River Plate Rodolfo D’Onofrio pidió que el caso sea considerado como el “11-S” de Argentina.

El 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos vivió uno de sus pasajes más obscuros y trágicos, capítulo que se conoce como el “11-S” y si comparemos los hechos, tal vez pueda parecer exagerada la petición que hace el directivo de River en todo el mundo, pero no en un país en el que el futbol es una religión.

D’Onofrio lamentó que Argentina sea visto como un país incapaz de organizar un partido de futbol, aspecto del cual responsabilizó a la seguridad y a los barras de River, de los cuales negó tener relación alguna, “y lo juro por mis hijos”, dijo en entrevista con El País.

El directivo le declaró la guerra a los barras, a quienes acusó también de estar involucrados en manifestaciones políticas. “En cualquier manifestación están ellos, entonces los políticos no se tienen que hacer los tontos. Quiero que lo que ocurrió ese sábado sea el 11 de septiembre de Argentina. Pero tienen que poner las pelotas el Gobierno nacional y los directivos. Tenemos que hacerlo de forma conjunta, cada uno solo no se puede”, dijo el argentino.

El presidente de River, que sufrió un susto monumental tras el ingreso de aficionados a la zona de vestidores el día del ataque al camión de Boca, fue cuestionado sobre cómo creía que sería recordado el clásico de la final de la Libertadores y éste respondió:

“Como la tremenda vergüenza del futbol argentino. Un sistema de seguridad que falló, absoluta y totalmente. No es solo un problema de Argentina, en Europa también hay episodios de violencia. El otro día vi un partido de futbol griego en el que no se tiraban piedras, se tiraban misiles”, dijo.

También reprobó la decisión de la CONMEBOL por trasladar la Final de la Libertadores a España, pues consideró que River quedó en desventaja, pues jugó el partido de Ida en La Bombonera sin aficionados de River. “Nosotros jugamos en la cancha de Boca y ahora Boca no juega en la cancha de River. Y lo más vergonzoso es que tenemos un problema como Argentina. ¿Cómo puede ser que en nuestro país no se pueda jugar el River-Boca?”.

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Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

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