Una vez más el futbol argentino se vio envuelto en otro caso de violencia. Sucedió en la Primera B Nacional, también conocido como Torneo Nacional B, o el campeonato de fútbol de segunda división de Argentina. Pues bien -en este pequeño submundo del balompié albiceleste-, se enfrentaban dos equipos deseosos de subir a la máxima categoría. Y es que no es lo mismo jugar contra el `Pibe X´ que contra el `Apache´ Tévez.

En el partido jugaban San Martín de Tucumán contra Villa Dálmine, un cotejo donde se definía el paso a semifinales del torneo. ¡Que nervios! Pues bien, hasta ahí todo tranquilo, muy relax.

El encuentro se desarrollaba con una aparente tranquilidad, es más, una feria de goles celebraban los aficionados, hasta que el árbitro, -ese ser maligno y provocador de nuestras lágrimas y las del mundo en general-, decidió dar por terminado el partido.

Con el partido empatado a tres goles, las esperanzas de Villa Dálmine, se fueron al traste, por lo que el equipo de San Martin se clasificó a la siguiente ronda. Y como en el mundo casi no hay “ardillas”, pues los perdedores le fueron a reclamar al árbitro, pero antes se cruzaron con hinchas del equipo rival. ¡Si ya saben cómo soy, para que me invitan! En ese momento se armó la batalla campal, y así jugadores, banca y hasta los fotógrafos se pelearon en un campo de futbol…

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