Después de cerrar el 2015 con dos victorias en la Eliminatoria rumbo a Rusia 2018, la Selección Mexicana de Futbol se mide ante su similar de Senegal en un partido de preparación que piensan servirá como colofón de lo que harán contra Canadá en los próximos meses.
Juan Carlos Osorio y las personas encargadas de elegir rivales decidieron que los africanos eran un buen equipo para comenzar el 2016, posiblemente para sacar una victoria y levantar el ánimo y para viajar a Estados Unidos a inflar las arcas de la Federación Mexicana de Futbol.
Esto de inmediato nos hace pensar una cosa -y no es por hacer menos a la escuadra de Senegal, pero ahora sí podemos decir que el Tri es el ajonjolí de todos los moles, ni más ni menos.
Históricamente México ha estado acostumbrado a cruzar la frontera para disputar este tipo de encuentros, aunque muchas veces se realizan con rivales de mayor envergadura o posibles rivales directos en algún torneo continental, pero hoy se decantaron por esto y como dicen por ahí: “es lo que hay”.
El estratega colombiano puede ser criticado fuertemente por la pobre convocatoria que llevó a Miami para dicho juego, pero no le quedaba de otra, era darle la mano al Pikolín Palacios o buscar debajo de una piedra.
Esto ha hecho que las ventas de boletos para el Marlins Park estén por los suelos, ya que de 33 mil lugares que se tenían designados, al parecer no se ha llegado ni a 8 mil y eso que es el segundo frente, la otra casa del Tri.
Entre muchos dimes y diretes con directivos del futbol mexicano, entre reglamentos que no obligan a jugadores a disputar un partido que no es de fecha FIFA y ante un rival que tampoco hizo el mínimo esfuerzo por traer un equipo medianamente competitivo.
Haya veinte goles o solo uno, sea un partidazo o nos quedemos dormidos, el equipo azteca se meterá a la bolsa 1.8 millones de dólares y esto nos hace pensar en muchas cosas.
Así es, hoy el Tri es ajonjolí de todos los moles…
