Por Miguel Ángel Delucio

Tony Romo es oficialmente un exjugador de la NFL. El mariscal de campo deja los emparillados después de una carrera llena de altibajos. Romo fue criticado y adorado por muchos, pero la decisión más precisa de toda su trayectoria, sin lugar a dudas, es el retiro.

Cuando Dak Prescott tomó la titularidad en los Dallas Cowboys, nadie esperaba un desempeño extraordinario. Sí, el egresado de Mississippi State había jugado bien en la pretemporada, pero no dejaba de ser un novato de cuarta ronda de draft.

Prescott llegó a comandar la ofensiva de la Estrella Solitaria después de otra lesión de espalda de Tony. El veterano se lastimó ante los Seattle Seahawks el 25 de agosto del 2016 en una jugada rota. Fue el principio del fin.

De ahí, los Cowboys tomaron por asalto la liga. Prescott y Ezekiel Elliot formaron una de las ofensivas más eficientes jamás vistas por dos novatos y Dallas pasó caminando a los playoffs.

Tony Romo y su lesión de espalda
Foto: Getty Images

Esta fue una de muchas lesiones que sufrió el nacido en Wisconsin. Su estilo de juego era riesgoso, buscando hasta el último segundo para hacer la jugada grande y claro, esto trajo consecuencias. Huesos rotos, ligamentos desgarrados e infinidad de moretones. Con los años le pasaron factura, pues al principio, joven y vigoroso, se podía recuperar rápido. En sus últimas temporada ya no fue así, como dicen por ahí: el tiempo no perdona.

Sin embargo para este 2017, con Dak ya listo para su segundo año, se esperaba que se convirtiera en agente libre. Equipos como los Houston Texans o Denver Broncos parecían muy interesados en sus servicios, pero se quedaron con las ganas.

Y es aquí cuando Tony Romo mostró la mayor madurez de toda su carrera. El QB nos demostró que a pesar de todas esas intercepciones, a pesar de todas la veces que fue abucheado, su retiro es la máxima prueba de amor a su equipo.

Tony Romo y Dak Prescott
Foto: Getty Images

¿Por qué amor?

En primer lugar, acaba de ahorrarle un millonada a Jerry Jones y compañía. En el caso de quedarse como el mariscal suplente sería el más caro de toda la NFL. El golpe en el tope salarial hubiera sido de 24 millones de dólares. Así, ayuda a liberar espacio y que los Cowboys no pierdan más piezas de lo que ya perdieron en esta agencia libre.

¿Pensaban en un cambio? Esa situación también era bastante enredada. Ese sueldo, a los 36 años de edad y con múltiples cirugías en la espalda, era difícil de aceptar. Tal era su poco valor de mercado que nadie ofreció nada, todos esperaban a que lo cortaran. Y claro, un trade hubiera significado polémica pura en Dallas.

La tercera razón está detrás de bambalinas, pero no es complicada. Pensemos que Tony Romo se iba a Houston. Jugaba bien, llegaba a los playoffs y avanzaba más que los Cowboys. La presión mediática sobre Dak Prescott hubiera sido impresionante. Los encabezados estarían llenos de “el error de Dallas” y podrían arruinar la carrera de un atleta muy prometedor. En realidad le está dejando el camino libre a Prescott para que florezca.

Finalmente, también está esa escasa lealtad. Son muy pocos los deportistas profesionales que aún tienen este sentir. La mayoría de los expertos pensaban que Tony podía jugar unos dos años más. Sin embargo, como alguna vez lo dijo Hines Ward, receptor de los Steelers, en su retiro: “si no voy a jugar con los colores de mi equipo, prefiero no jugar”. No todos comprenden este sentimiento, pero el mariscal acaba de hacer algo muy valiente: dar un paso al costado.

Tony Romo
Foto: Getty Images

Claro, también están los factores físicos. A sus 36 años y con todo lo que ha vivido, otra lesión fuerte podría tener consecuencias fuertísimas. Es saber que ya no eres ese muchacho de 20 años, que aguantaba la tacleada de alguien que te sacaba 50 kilos de ventaja.

Y por si fuera poco Tony Romo se convertirá en comentarista deportivo. Reportes indican que sustituirá a Phill Simms en CBS. Es seguir ligado al futbol americano, ganar buen dinero y por supuesto, no arriesgar la integridad física.

Sí, a Romo lo vamos a recordar como ese mariscal que se hacía chiquito en momentos importantes. Le costó muchos corajes a los fans de Dallas, pero también alegrías y jugadas que nadie creyó posibles.

A Tony lo tendremos en la memoria como un claroscuro, como un QB que hizo mucho, pero también deshizo bastante. Lo que sí será digno de aplausos siempre será su retiro, la mejor decisión que tomó en sus 14 años de carrera.

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