A Marcelo Bielsa siempre se le ha distinguido por ser un romántico del futbol. Un enamorado de la pelota y genio incomprendido que por su forma de ser los éxitos se le han negado de cierta manera.

En su última travesía, con el Lille las cosas no iban del todo bien, así que lo suspendieron y si quieren despedirlo le tendrían que pagar una indemnización millonaria. Mucho se pensó que este castigo era por los malos resultados del club, que apenas suma 12 puntos entre 13 partidos. Empero, salió una teoría que aún no es oficial, pero que habla de la calidad humana del entrenador argentino.

Este jueves 23 de noviembre falleció Luis Bonini, asistente técnico del Loco por más de 20 años de carrera. Bonini perdió la batalla contra el cáncer de estómago después de que se le diagnosticara dicha enfermedad en junio de este año.

Foto: Getty Images

Luis trabajaba con Monarcas Morelia pero tuvo que abandonar su trabajo para tratarse. Al final, falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Santa María, en Santiago de Chile.

Como el gran amigo que era Bielsa del Profe, pidió permiso a la entidad francesa para visitarlo en sus últimos momentos. Las autoridades le dijeron que no podía ir pues este sábado 25 tenían un partido muy importante ante el Montpellier.

A Marcelo le importó poco y comunicó que aún así viajaría a ver su hermano de armas. Aplicó la de “hagan lo que quieran, yo me voy”. Se fue para convivir en sus últimos días, de ahí llegó la suspensión y el muy posible despido.

¡A esto se le llaman prioridades! Sí, el trabajo es primordial en la vida de una persona pero los seres queridos siempre van primero. Así, Marcelo Bielsa mostró una vez más por qué es uno de los entrenadores más emblemáticos del futbol moderno.

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