Vianney Trejo ha perdido la cuenta de cuántas medallas ha ganado para México. “Son más o menos 350, calculo que son entre 120 y 140 las medallas de oro”. Ella es atleta paralímpica y una de las máximas exponentes nacionales en la natación. Comparte que no sabe qué hacer con su creciente colección de medallas, así que piensa dedicar una pared completa, tapizada con recortes de los periódicos en los que ha salido, para colgar al menos las más significativas.
Comenzó en la natación a los ocho años de edad, como parte de sus terapias físicas y para controlar el asma. En la alberca tendría las fosas nasales húmedas constantemente y el ejercicio le ayudaría a fortalecer los pulmones. Tiempo después, al ver a su hermano en competencias de natación, despertó la inquietud y con ayuda de sus padres comenzó a entrenar y a competir.
“En ese momento estaban los juegos Paralímpicos de Sidney 2000 y fue cuando conocí a Dorimitzi González, Patricia Valle y Juan Ignacio. Mis papás se movieron para buscar un lugar donde competir y en 2007 comencé a formar parte de la selección y hasta ahora”, comparte Vianney en entrevista a Sopitas.com.
La nadadora mexicana, quien estudia psicología, ha sido considerada por médicos como un caso extraordinario de la ciencia y de la física. “Tengo la incapacidad del brazo derecho, que está incompleto; en le pie derecho tengo huesos incompletos o no tengo huesos y en mi cadera no tengo cabeza de fémur. Todos los doctores a los que he asistido se han quedado sorprendidos por mis placas porque no encuentran explicación de cómo puedo estar caminando”.
Lucha por una reclasificación
Trejo, mujer independiente y que vive sola, ha participado en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y Río 2016, en los vio el podio a la distancia. Los de Tokio serán sus terceros juegos, pero busca un reacomodo debido a los problemas físicos que ha desarrollado desde 2016.
Ella pertenece a la clasificación S6, que reúne atletas con acondroplasia, quienes le sacan ventaja física, pues no cuentan con otras limitantes físicas como ella. “A partir de 2016 comencé a presentar problemas en mi cadera (luxaciones), problemas totalmente normales por mi discapacidad y por el desgaste físico como atleta. Esto comenzó a dificultar movimientos que antes hacía. Ahora no puedo dar el salto para salir del banco o impulsarme como mis competidoras lo hacen al dar la vuelta de campana o patear. Mis competidoras tienen acondroplasia, que es conocido como enanismo, físicamente son atletas convencionales sólo que chiquitas, chaparritas”.
El objetivo de Vianney es ser integrada en la categoría S5 en el año que se ha aplazado los juegos. “Hay 14 categorías. El S14 son para personas que tienen un déficit intelectual. Los 11, 12 y 13 son los ciegos o débiles visuales y de la 1 a la 10 son de amputaciones o lesiones medulares por discapacidad congénita, como es mi caso, y va variando del grado. El S10 es para los que tiene menor discapacidad y el S1, S2 y S3 son las de mayor discapacidad”.
El Sueño de Tokio
La atleta mexicana tiene un grito de guerra especial para motivarse y que suele compartir. “Es una frase que escuché en una conferencia y me gusta explicársela a la gente: ‘La muerte es tan segura de su victoria que te da toda una vida de ventaja’. La muerte no pierde, ella sabe cuándo va a pasar por nosotros y siempre triunfa, así que lo que nosotros tenemos que hacer en ese proceso es disfrutar y cumplir nuestros sueños”.
Y justo el sueño que tiene Vianey en puerta son los Juegos Paralímpicos de Tokio. “Estos serían mis terceros Juegos Paralímpicos y no sé por qué Tokio son los que más me han llenado de emoción, estoy ansiosa de volver a entrenar, quiero clasificar a una final y buscar una medalla, sería el máximo sueño por cumplir. Tengo una espinita y quiero quitármela, pero en caso de que no se den las cosas, sé que habré dado lo mejor de mí”.
El Consejo de Vianey
Sobra decir que Vianey es una experta en enfrentar obstáculos y sobre todo en superarlos, por lo que comparte un consejo como atleta paralímpica ante la emergencia sanitaria.
“A pesar de que es algo difícil, no somos los únicos, es el mundo entero, debemos cuidarnos. El otro día leí una frase muy bonita que quedó marcada y decía: ‘Dejémonos de ver ahorita, para que cuando nos volvamos a ver no falte nadie’. Esa es la idea, cuidarnos entre nosotros mismos para poder estar bien, la salud siempre ha sido lo esencial, no resolvemos nada estando en una cama enfermos, me gustaría exhortar a toda la gente a que tome las medidas de precaución y de higiene que nos han hecho saber. Somos muchas las personas que queremos seguir viviendo”, compartió.
