LeBron James jamás había tenido problemas de indisciplina en toda su carrera. El alero a lo mejor te cae o te cae bien, pero no hay duda que es uno de los mejores jugadores de la última época.

Siempre al tiro, siempre con estadísticas impresionantes y siempre disponible para su equipo, hasta ahora. Se jugaba el partido entre los Cleveland Cavaliers y el Miami Heat.

Todo iba normal en el tercer cuarto cuando de pronto LeBron perdió la cabeza porque a su entender no le marcaron una falta que era clara. Comenzó a gritar como loco y el referee Kane Fitzgerald tomó una de las decisiones más difíciles de su vida: expulsó a James.

Fitzgerald más tarde explicó: “Me lanzó un golpe al aire, después se fue en contra mía agresivamente y al final usó vocabulario vulgar a mi oído un par de veces”.

Por supuesto, es un secreto a voces que a las estrellas de la NBA se les tienen más consideraciones. A ellos siempre se les marcan faltas que están dudosas o casi todo sale a su favor, entonces cuando un árbitro no lo hace, pues se sacan de onda.

Con esta expulsión, se acabó la racha de 1,082 partidos consecutivos de LeBron James sin ser expulsado. Mientras, su equipo sí logró la victoria con una actuación espectacular de Kevin Love.

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