Corría diciembre del 2011, cuando Enrique Peña Nieto, aún como precandidato del PRI a la presidencia, tuvo la puntada de decir que no conocía el precio de la tortilla “porque no era la señora de la casa”. Para su fortuna no le preguntaron por la canasta básica.

Ya como presidente esperábamos —los optimistas— que se diera una empapada de conocimientos y de ahí, que se lograra alguna mejoría en la situación alimentaria del país. Para un país que se ha reconocido mundialmente por su gastronomía, uno esperaría que fuera nuestro fuerte, ¿no?

En estos días, Enrique Peña Nieto dará su sexto y último informe de gobierno. Antes de su despedida, le echamos un ojo a los resultados y —ehem— mejor vamos a leer.

Canastas básicas y líneas de bienestar

Siete años después de su fail en la entrevista y casi seis años después de “ver resultados” en las políticas públicas que él implementó, la situación alimentaria en México tiene una pequeña y terrible curiosidad: 38.5% de los mexicanos no tiene para pagar la canasta básica.

¿Y dónde está la curiosidad de que más de 48 millones de mexicanos no puedan costear la mínima línea de bienestar? Pues que en el último trimestre de la presidencia de Calderón, los números eran prácticamente los mismos.

Foto: Coneval

Dejen ustedes la desilusión de saber que en seis años no se avanzó ni tantito, ¿qué pensarían si les decimos que estos son de los mejores “resultados” de toda la presidencia de EPN?

Por ejemplo, en el último trimestre del 2014, casi el 43% de los mexicanos despidió el año sin alcanzar la canasta básica. O sea, hasta ahorita se está regresando a los —nada honrosos— números de la presidencia de Calderón.

Los específicos

En diciembre 2012, cuando le colgaron la banda presidencial al copetón de Atlacomulco, la canasta básica en las ciudades costaba mil 158 pesos por persona, poco más de 38 pesos al día.

Seis años de programas sociales, de políticas económicas, de spots y discursos; y la canasta básica en las ciudades está en mil 492 pesos, casi 50 pesos al día entre cada miembro del hogar.

Durante toda la presidencia de Peña Nieto, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) el precio de la tortilla subió un 10%; pero ese es de los “buenos”.

Por ejemplo: la carne de res, pescado, cebolla, jitomate, azúcar y algunas frutas subieron más del 40%. ¿La papa? Pasó de $12.50 a $31.90, ustedes calcúlenle.

¿Y la carencia? ¿Y los salarios?

Cuando Peña Nieto tomó la presidencia, el salario mínimo todavía seguía dividido por zonas geográficas. La zona A era “la mejor” porque ganaba $62.33 al día.

Ahora, meses antes de su salida, el salario mínimo en todo México es de 88.36 pesos al día. Es decir, en la presidencia de EPN, el sueldo subió 26 pesos.

Nada más que nadie le avisó que solo la papa subió más de 19 pesos.

Cuando el salario mínimo alcanzó los 88.36 pesos al día, EPN decía que “no era un ajuste menor” y sí, que el límite básico suba más del 10%, la verdad es que no son enchiladas.

Pero si la línea de bienestar mínimo para un mexicano —contando el pollo, las tortillas, la salsa, la crema y el queso para sus enchiladas— supera los 94 pesos al día; algo falló en la conversión.

***

En lugar de cantarle Las Golondrinas, aprovechamos la oportunidad de despedir a Enrique Peña Nieto como se debe: contándoles los datos que él no nos va a decir. El ContraInforme son los datos que seguro deberías conocer antes y durante el Sexto Informe de la presidencia del priista. No vaya ser que entre tanto spot se nos escapen.

Búscalos por acá, de hoy hasta que “El Tlatoani” de su último mensaje este lunes.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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