Ayer por la noche se dieron a conocer los resultados de las elecciones primarias dentro del partido demócrata para saber qué candidato iría por la gubernatura de Nueva York. Había dos contendientes: el actual gobernador Andrew Cuomo y la progresista Cynthia Nixon. Cuomo es un viejo conocido de la izquierda en el país, sobre todo en el estado, pero el caso de Cynthia Nixon fue distinto, y a pesar de su aparente insurgencia y apoyo a minorías, perdió en uno de los estados más activos del país.

Nixon es actriz, mayormente conocida por protagonizar Sex and the City junto a Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall y Kristin Davis. Su personaje, Miranda Hobbes, representó la parte fría y objetiva de la serie al ser una abogada de mediano éxito y madre de familia. Durante las seis temporadas de la serie, Nixon dio vida a un mujer que logró capturar más la atención de las audiencias en Nueva York, que su misma persona. ¿Cómo lo sabemos? Los resultados de estas elecciones internas salieron a favor –muy a favor– de Cuomo, dejando atrás todas las ideas progresistas de Nixon dentro de un estado abierto al diálogo y considerado capital del mundo.

Desde hace unos meses cuando comenzó la tercera campaña de Cuomo y el primer intento de Nixon de ir por la gubernatura, se veía que el viejo demócrata llevaba las de ganar… y lo hizo con una ventaja de 30 puntos que se reflejó desde antes en las encuestas a nivel estatal en las que Cuomo siempre mantuvo una ventaja de más de 40 puntos sin importar la edad, género y condición social de los 20 millones de habitantes.

Varios demócratas populares dieron su apoyo a Cuomo desde el principio, incluida Hillary Clinton. ¿La razón? Nixon no tiene experiencia y Cuomo tiene más dinero en las arcas del partido; sin embargo, este no fue el punto que marcó la diferencia entre la imagen de uno y otro, sino las propuestas y la forma en que tomaron los temas de agenda del estado y del país en general. Cuomo nunca consideró a Nixon, por decirlo de alguna manera, como una contendiente capaz de derrotarlo, al menos no en público. Cuomo dijo que el verdadero enemigo de Nueva York, y suyo, era Donald Trump y el discurso que llegaba desde la presidencia republicana y conservadora. Y así manejó su campaña en un estado demócrata que señala todo lo que su presidente hace.

En cambio, Nixon tomó los puntos más vulnerables de la actualidad no sólo de Nueva York, sino de todo su país como las libertades, las diferencias raciales, el estatus económico y la enorme presencia de las altas clases sociales en el estado que marcan la brecha entre grupos económicos: “más impuestos para los ricos y más servicios de salud para los pobres”. Nixon se subía al metro porque lo conoce muy bien y a su gente. Esa fue de las primeras insignias que utilizó para llegar a cierto número de votantes fieles, entre los que destacaron la comunidad LGBT, por ejemplo. Pero nunca llegó a grupos más grandes y fuertes como la comunidad afroamericana.

¿Qué pasó con el feminismo presente de manera “sutil” en su campaña? En el único debate entre estos dos personajes, quedó más que claro hacia dónde iba al utilizar el concepto de patriarcado y represión sobre la mujer con el número de grados centígrados en el aire acondicionado, primero, de los eventos del gobernador, y en segundo, de las oficinas. Es decir, llegar a un acuerdo de la temperatura que no sea machista, pero que sí esté a favor de las percepciones feministas. De acuerdo con el New York Times, la estratega de campaña de Nixon, Rebecca Katz, pidió a los organizadores del debate que pusieran una temperatura ambiente de 76 ºF (24.4 ºC) porque resulta “notoriamente sexista en cuanto a la temperatura de la habitación”.

Nixon falló con muchas cosas, pero también generó algunos debates que, al final, de acuerdo con algunos medios, obligaron a Cuomo a plantear ideas progresistas. Esa es, quizá, la “victoria simbólica” de la que Nixon habló a través de su cuenta de Twitter después de que se anunciaron los resultados: “Los resultados de esta noche no son lo que esperábamos, pero no me siento desmotivada, sino inspirada. Espero que ustedes también. Generamos un cambio fundamental en el panorama político del estado. Esta no sólo es una victoria simbólica. Esta campaña obligó al gobernador a comprometerse con algunos puntos que cambiarán la vida de las personas en todo el estado”.

Por ejemplo, en uno de sus muchos tuits, habló sobre el metro: “Hicimos de la crisis del transporte público del metro un tema a considerar en esta campaña. Ahora, todo mundo en Nueva York entiende que el gobernador controla el metro, y es su responsabilidad arreglarlo”. Lo mismo para el uso recreativo de la marihuana, el cuidado del medio ambiente como la prohibición del uso de bolsas de plástico y más. 

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