Por Diego Castañeda

Hace poco tiempo el Banco Mundial dio a conocer un proyecto extraordinario: una medición del capital humano para todos los países del mundo, llamado índice de capital humano. El objetivo es encontrar qué detiene la acumulación de capital humano en cada país y así acelerar el proceso.

El índice se lee de 0 a 100 y se interpreta de la siguiente manera: si un país, digamos México, tiene un índice con un valor de 61, esto quiere decir que todo lo demás constante un niño que nace hoy está perdiendo 39 por ciento del ingreso potencial que debería tener si maximizara su nivel de capital humano. Es decir, la falta de educación y salud de calidad tienen como costo 39 por ciento menos ingreso per cápita para esas generaciones.

Viendo los datos para México existen cosas sumamente interesantes. Por ejemplo, las niñas en México hoy tienen marginalmente un poco más capital humano que los niños (62 vs 59), producto principalmente de una cantidad marginalmente mayor de años de educación y de una mayor probabilidad de supervivencia hasta la edad de 60 años.

Otro aspecto sumamente interesante que revela este índice es que México se encuentra dentro del 30 por ciento de los países que tienen mayor capital humano, el segundo más alto de la región empatado con Argentina, ambos después de Chile con un índice de 67. Este valor es marginalmente menor al nivel que colocaría al país dentro del 25 por ciento de mayor capital humano, donde se encuentran los países desarrollados y algunos emergentes con grandes sistemas educativos. Para compararlo, Hungría tiene un nivel 70, España de 74, Serbia de 76, Estados Unidos tiene un índice con un valor de 76, Suecia con un valor de 80 y Japón tiene 84.

Human Capital Index, World Bank
Imagen: Shutterstock

Estos datos confirman algunas cosas que durante algún tiempo se han argumentado sobre México. En primer lugar, es real que México ha tenido una fuerte acumulación de capital humano durante muchos años; no obstante, eso no ha tenido impacto en el crecimiento del país. Los niveles educativos del país han mejorado bastante, pero, desafortunadamente, México no ha experimentado el cambio estructural necesario en su economía para sacarle provecho.

Otro aspecto que nos revela es que quizá exageramos mucho en el debate sobre la reforma educativa durante los últimos años. La educación en México tiene mucho que mejorar; sin embargo, la forma en que se trató el tema como un problema fundamental de la falta de mejora en la calidad de la vida en el país parece que fue muy exagerada lo que llevó a tensiones políticas innecesarias en la discusión pública. México está marginalmente abajo en sus niveles de capital humano que países mucho más desarrollados. Si controlamos esos niveles, por el nivel de desarrollo probablemente la diferencia sería aún menor.

México debe seguir acumulando capital humano, pero considerando el tema del crecimiento económico estancado hay que pensar: si estos niveles no son los que están manteniendo los niveles de productividad del país tan abajo, entonces deben ser otros factores. Es razonable pensar que los mayores niveles de capital humano no pueden ser explotados porque no tenemos suficiente capital físico. Existen serios problemas de infraestructura en el país, falta de conectividad extraordinaria. Igualmente, México sigue siendo una economía dual. Los sectores económicos en los que terminan trabajando muchas de las personas sin importar qué tanto capital humano acumulen son sectores de baja productividad. Si pensamos el asunto a los ojos de las teorías del crecimiento lo que necesitamos es capital físico que mejore al capital humano. Todos estos años hemos estado acumulando capital humano sin acompañarlo de herramientas para que se explote mejor, sin una política industrial que modifique la estructura económica del país.

El proyecto del Banco Mundial es muy valioso, es una herramienta que nos va permitir pensar mejor sobre qué tenemos que hacer para crecer más y hacerlo de forma más equitativa.

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Diego Castañeda es economista por la University of London.

Twitter: @diegocastaneda

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