Desde siempre, los músicos se han esforzado por transmitir a su público nuevos y variopintos sonidos. El cosmos, la luna y el universo infinito, han sido fuente de inspiración para incontables canciones, discos e ideologías, de nuestras bandas favoritas. Los efectos especiales han brindado luz a ciertas notas musicales y han engendrado en la mente de las personas una idea vaga sobre cómo podría sonar la música proveniente del espacio.
Pues bien esto último, no es del todo una idea descabellada. Nuestro planeta forma parte de un sistema solar conocido también como el reloj de relojes. El número 12 conforma una parte muy importante en este contexto. Para dividir un círculo de manera perfecta y en números enteros es necesario hacerlo en 12 partes. Los 12 signos zodiacales provienen de esta división. Por lo tanto es lógico pensar en tener 12 meses en el año. Y no es una simple coincidencia que si observamos en un piano sean 12 las notas que separan a una octava de otra.
Los planetas giran al rededor del Sol, dejando a su paso energía eclíptica capaz de ser captada por la fotografía infrarroja; que la describe como un camino de luz de color gris perla. La luz, el sonido y muchísimas formas de manifestación energética se convierten en ondas capaces de viajar en el tiempo-espacio gracias al aire.
Pero si en el espacio no hay aire -dirán-. Precisamente éste es uno de los puntos que han generado mayor discrepancia para comprobar esta teoría. Sin embargo, se cree que en algunas ocasiones no es necesaria la presencia de éste elemento para que ciertas ondas puedan recorrer su trayectoria.
En alguna ocasión todos hemos intentado sacar aunque sea un chirrido de una copa de cristal. Independientemente de si lo hemos logrado o no, imaginemos que nuestro dedo es un planeta y que el borde de la copa es su órbita. ¿Qué tonalidades podríamos escuchar?
Esto es lo que plantean en pocas palabras Pitágoras, El Rey Salomón, Platón y otros más; con su teoría de la Armonía de las esferas. Para entenderla mejor pueden investigar un poco más sobre el tema o agudizar su oído astral y decidir abandonarse libremente a las creaciones del artista supremo no sin antes recordar…
“Que a toda acción hay una reacción” –Newton–