De acuerdo a varios informes oficiales recientes, al momento de su detención durante la noche el viernes pasado, Dzhokhar Tsarnaev, uno de los sospechosos de los atentados del maratón de Boston, no estaba armado cuando se escondía debajo de la lona de un bote estacionado en el patio de una casa de Watertown. Los nuevos detalles generan una ola de especulaciones acerca de su detención.
A pesar de que los reportes preliminares indicaron que Tsarnaev venía fuertemente armado y que, además, él mismo inició un tiroteo que derivó en una ofensiva masiva por parte de las fuerzas del orden, nuevas investigaciones indican que, en realidad, el joven de 19 años no tenía arma de fuego ni explosivo alguno.
Ahora, si Dzhokhar no tenía arma alguna mientras éste se escondía en el bote, ¿cómo es que se pudo disparar en la boca durante un intento de suicidio antes de entregarse a las autoridades? El FBI, por su parte, se ha negado a discutir sobre las circunstancias que desencadenaron el tiroteo que hirió a Tsarnaev y dejó la embarcación donde se escondía llena de impactos de bala.
De acuerdo a las autoridades médicas que atienden a Tsarnaev, la herida en su garganta supuestamente autoinflingida por un disparo arma de fuego, ha anulado la capacidad de habla Dzhokhar, lo que lo limita a declarar y contestara los interrogatorios de forma escrita.
Algunos oficiales presentes durante la captura de Tsarnaev creen que el tiroteo pudo haber sido causado por la incertidumbre que las fuerzas de seguridad sentían al no saber si el sospechoso venía armado o llevaba explosivos atados a su cuerpo.
Algunos especialistas creen que la excesiva fuerza utilizada para ejecutar la detención de Dzhokhar se pudo haber dado por el fenómeno conocido como “Niebla de Guerra“, término militar que describe el caos y la confusión que reina sobre un campo de batalla donde cualquier disparo accidental puede causar una serie de tiroteos que “contagian” a todas las fuerzas armadas.
Adicionalmente, las últimas declaraciones de Dzhokhar informan que él y su hermano pensaban detonar el Times Square de la ciudad de Nueva York con los explosivos que le sobraron del ataque al maratón de Boston.