Les presentamos el trabajo de Jane Hilton, una fotógrafa y cineasta que a lo largo de dos años visitó los burdeles más sórdidos de Nevada, Estados Unidos, para retratar la otra cara del sueño americano.
Nevada, ubicada en el Oeste estadounidense, es el único estado de Estados Unidos que no cuenta a la prostitución como una actividad ilegal. La consideración legal de este oficio ha hecho que decenas de burdeles para todo tipo de bolsillos florecieran en los yermos parajes del desierto que rodea Las Vegas.
Intrigada por el mundo de la prostitución legal del desierto, Hilton participó en la producción de diversos documentales que hablaban de la realidad de las mujeres que rentaban sus cuerpos para ganar unos dólares y enriquecer a las casas donde ofrecían sus servicios; sin embargo, y después de casi diez años dedicándose al tema, la fotógrafa regresó una vez más para terminar de capturar la esencia de las prostitutas más legales del planeta.
La fotógrafa decidió retratar a las prostitutas sin ropa para representar lo que son: mujeres de carne y hueso en cuyo interior existe un alma que muchas veces pasa desapercibida por los indiferentes clientes que pasan por las habitaciones donde ellas trabajan.
A pesar de que en Nevada la prostitución es legal, la mayoría de los ciudadanos estadounidenses buscan alejarse de esta realidad pues este oficio sigue siendo estigmatizado como uno “nocivo” para las buenas costumbres de la sociedad.
Las licencias para operar son caras y la afluencia de clientes ha bajado en consecuencia de la crisis económica de 2008 que, aún años después, se sigue sintiendo.
Muchas de estas mujeres no son nativas de Nevada, por lo que la mayoría viaja al estado para hacerse estudios clínicos, trabajar un par de meses, vivir la mayoría de ese tiempo enclaustradas en sus habitaciones de hotel y regresar a casa donde, en ocasiones, las esperan sus esposos e hijos.
A través de la lente de Hilton, surgió una cara que las mujeres fotografiadas no conocían, una donde su belleza y feminidad brotaba por primera vez ante sus ojos.
