Por Christian Mendoza

En 2017, Anagrama publicó para su colección de Narrativas hispánicas la colección de cuentos Seres queridos, de la uruguaya Vera Giaconi. En una primera lectura, podría decirse que la autora retoma algunas constantes temáticas del realismo decimonónico, sobre todo cuando se involucran espacios domésticos propios de cierta clase media cuyos afectos se encuentran enmarcados en estructuras familiares tradicionalistas. Amas de casa depresivas que habitan mansiones, una pareja joven y pudiente que busca tener a su primer hijo o dos hermanas que se mantienen al tanto de los novios con los que salen son algunos de los personajes que guían una prosa cuya superficie pareciera no permitirse la experimentación formal. Pero lo que en un primer momento pareciera comportarse como una trama lineal o como dibujos psicológicos completos de los protagónicos es más bien el esbozo. Los textos de Giaconi no proveen la información que nos ayude a comprender las causas y los efectos, y ese “dejar en silencio” en algunas descripciones, lejos de ser una ineficiencia, opera como el eje rector de los 10 textos que conforman el libro. El silencio es lo que permite evidenciar con mucha mayor eficacia las violencias que espolean las relaciones humanas que define Giaconi.

Las interacciones familiares se dan por sentado, aunque puede que las mismas se encuentren fundamentadas por rencores que no pueden ser enunciados, por aprendizajes cuya asimilación no se encuentra en los perímetros de lo racional, por crueldades que no son visibles ni siquiera para los involucrados. En “Pirañas”, un niño asume que puede golpear a su hermana. Giaconi construye el ambiente doméstico bajo el que esa acción podría ser verosímil sin utilizar estrategias descriptivas ni señalamientos morales. En “Dumas” se narra cómo los exilios que provocan las dictaduras militares pusieron en crisis la posibilidad de criar bajo los parámetros de lo normativo. En el caso de este cuento, los padres de una niña tienen que huir del país y dejan a su hija bajo la responsabilidad de su abuelo. En “Reunión”, el texto que cierra la colección —y probablemente el más logrado—, las aspiraciones de una pareja por tener hijos descomponen la imagen que se tiene de ellos. De ser una relación fotogénica, ambos comienzan a obsesionarse con los embarazos fallidos de la mujer.  El desarrollo de “Reunión” bordea los registros del horror.

En cada interacción propuesta por Giaconi surge una tensión, una violencia, que define a lo familiar y a lo cotidiano. Los cuentos de la uruguaya ponen en crisis los ideales de lo doméstico y de las estructuras humanas que surgen alrededor de ese terreno.

Vera Giaconi

Vera Giaconi, Seres queridos, Barcelona, Anagram, 2017.

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Christian Mendoza ha trabajado y colaborado en distintos medios culturales, como La Tempestad y Arquine.

Twitter: @christianclumsy

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