Creer en las palabras de Javier Lozano es ingenuo, pero es fatal dar por hecho que la ciudadanía logró echar para atrás las modificaciones a las leyes secundarias de la Reforma en Telecomunicaciones al dejar fuera de dictamen todo lo relacionado con internet. Tomar la palabra del Senador Lozano significaría una clara derrota para la sociedad, que por medio de su participación en redes sociales y en las calles lograron captar la atención de muchos otros cibernautas y grupos de activistas a nivel nacional y mundial.

La batalla contra la censura apenas comienza y nos atrevemos a decir que el 21 de abril es un capítulo de los muchos que le esperan por librar a la sociedad mexicana contra las intenciones de controlar internet. No podemos pensar que el gobierno haya desestimado sus intereses en violar las garantías individuales de las personas, más cuando están de por medio ganancias y control social. Lejos de las ideas que Lozano pudo sembrar en las miles de personas que nos manifestamos activamente, es tiempo de ajustar cuentas y exigir que no se deje fuera del debate internet, que se toque el tema pero haciendo caso a las peticiones ciudadanas que se han presentado a los legisladores desde hace un año para crear un entorno digital público y libre, un lugar de esparcimiento y creación donde la neutralidad de la red y el libre acceso a ella sean valores velados por una sociedad concientizada. 

Tomarle la palabra al Senador Lozano es dar por hecho que los temas de internet no se debatirán, sin embargo, siguen en su dictamen de la #LeyTelecom. No se trata de excluir internet, sino de debatirlo abiertamente, garantizando la libertad y neutralidad de la red. Internet es uno de los bastiones que anhela controlar el gobierno, pues tal como hemos visto en los pasados días, su poder de convocatoria, protesta y medio de expresión es la causa del temor de muchos políticos de nuestro país, entre ellos Enrique Peña Nieto.

Podemos evaluar que al día de hoy, las medidas tomadas por la ciudadanía y organizaciones de derechos humanos han sido las necesarias, pues se logró crear un entorno colaborativo, un entorno de expresión y de lucha, al nivel que otros países han logrado, como Brasil, Alemania y Turquía, quienes han tomado en sus manos la responsabilidad de pelear para no ser callados, por supuesto, cada uno en sus diferentes contextos.

Por ello mismo decimos que #DefenderInternet no es una acción que nos tome un par de días o semanas, #DefenderInternet es una batalla que se libra 24 horas al día y 365 días al año. Pues ellos, empresas, políticos y gobierno, esperan la oportunidad de capitalizar su dominio sobre los servicios de telecomunicaciones. #DefenderInternet es enfrentar una ley que propone convertir los espacios de telecomunicación en cárceles y que solamente atiende a procesos de comunicación con un interés comercial y de control social, sin entenderlos también como espacios de formación de comunidades, de creación y flujo de la cultura.

La importancia de #DefenderInternet radica en que todos podemos ser parte de la lucha. Si bien la industria de la radio y televisión han sido expropiadas de los ciudadanos dándonos contenidos raquíticos y acríticos, internet es aun el medio que nos queda para emitir opiniones y juicios. De ahí la importancia de defenderlo. Con ello no queremos decir que los otros puntos de #LeyTelecom no sean importantes, pero una realidad es que no podemos perder el último medio que nos queda; después podremos exigir la libertad de aquellos medios que yacen encarnados a Televisa y Tv Azteca. #DefenderInternet nos permite tener un canal para seguir adelante, para exigir que los funcionarios públicos hagan su trabajo, para denunciar abusos contra cualquier persona o ser vivo, para organizarnos y para crear estrategias de resistencia, y por qué no, para divertirnos, soñar, enamorarnos, trabajar y ser artistas, estudiantes, trolles, etcétera.

¿En realidad debemos creer en las palabras de Javier Lozano? No, pues lo que ese hombre desea es solamente darnos atole con el dedo. Insistimos, creer en él es finiquitar nuestra voz, es darle la razón a la hegemonía, es taparnos solos la boca.

No existe peor represión que la que nosotros mismos nos ejercemos al pensar que los poderosos pueden hacer lo que quieran; el mejor ejemplo lo tenemos a nuestro alrededor, al escuchar en las calles, en la universidad, en la oficina, al leer en nuestras páginas de noticias preferidas que los mexicanos están inconformes y que se han manifestado en contra de la privación de su libertad de expresión.

Es de dominio público que quienes nos dirigen no piensan el bienestar de nosotros, por ello, Miguel Ángel Mancera y su estado policial volvió a hacer de las suyas para capturar manifestantes, para reprimir y abusar de su mandato, para capturar “delincuentes” que pintan en las calles consignas de protesta mientras los verdaderos delincuentes matan, violan, extorsionan con libertad e impunidad en el D.F.; Mancera consintió golpear y censurar a gente cuya única arma que tiene es su voz para gritar afuera de la televisora hegemónica de México, símbolo de la mediocridad y la desinformación de la que todos estamos hartos.

No podemos conceder si quiera un centímetro de tregua al Senado, a Lozano, a Peña Nieto, porque ellos tiemblan de ver que la ONU, la OEA, y otros movimientos internacionales como Free Software Foundation, Electronic Frontier Foundation y Wikileaks están al pendiente en su intento de legalizar la delincuencia.

No dejar de #DefenderInternet es más necesario hoy que nunca.

Por Alberto R. León y Jacobo Nájera. – @ContingenteMx

 

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