Las subastas de los objetos de los famosos son un negocio extraño. Se basa en cierta creencia mágica de que “algo” de los dueños permanece en los objetos que poseyeron. Mucha gente está dispuesta a pagar mucho dinero por este tipo de cosas, a pesar de que sean objetos de poca sustancia, como un tenedor o un suéter.

Vienen los Óscares, y ser testigos de la ceremonia no sólo implica admiración al cine norteamericano, también es una feria de las vanidades. Las celebridades que asisten son tan importantes como el premio, por eso también se televisa la alfombra roja y las caras de los actores y actrices aplaudiendo.

El “aura” de las celebridades también se vende, y no sólo en televisión. Existe un gran negocio en la subasta de las cosas de gente famosa. Si tú eres heredero de algún notable, tienes una mina de oro; no sólo por las cosas que hicieron, sino también por las que simplemente tocaron.

> on October 19, 2009 in Santa Clarita, California.

Hace tiempo, una chamarra que perteneció a John F. Kennedy se vendió a 570 mil dólares. Este tipo de datos sorprendieron a los psicólogos de la Universidad de Yale George Newman y Paul Bloom, quienes se dedicaron a realizar estudios a este respecto.

En la antigüedad se creía que los objetos podían guardar un aura mágica, como un talismán. Los tiempos no han cambiado tanto realmente, muchas personas en la actualidad compran “talismanes” modernos que pertenecieron a los famosos.

Su estudio se centra en la venta de objetos de el propio Kennedy y de la bella actriz Marilyn Monroe. Los científicos descubrieron que las personas están dispuestas a pagar más por objetos más cotidianos que por ornamentales. Es decir, un tenedor vale más que un adorno de la pared, pues se supone que el primero estuvo mucho más en contacto con la persona famosa. Por otro lado, la esterilización de las cosas atenta contra su valor. Por ejemplo, las personas estaban dispuestas a pagar más por un suéter de Monroe que no había sido lavado que por uno que pasara por un proceso de esterilización.

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Los objetos de las personas que admiramos pueden ser un fetichismo extraño. ¿Quién no ha deseado tener un autógrafo de alguien que admira? Ya sea una actriz, un pintor, una escritora, un músico o un deportista. Cuando esos objetos se ponen a la venta estamos ante una creencia mágica que produce dinero, y depende de valoraciones extrañas. Las cosas cotidianas que usan gente muy famosa valen más que las cosas importantes de gente menos famosa. Es muy posible, por ejemplo, que un cortauñas de Marilyn Monroe valga más que la cámara de Orson Welles.

*Vía Smithsonian

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