A finales de los años 50, Yayoi Kusama se mudó a Estados Unidos con una idea en la cabeza: destruir a través de la creación.

Kusama es japonesa, es la que tiene una mente inestable, la que pinta el mundo con puntitos, la artista avant-garde, la que llamó la atención de Warhol, la que se desnudaba en Nueva York (sí, llena de puntitos), la que le escribía cartas a Nixon diciéndole que si terminaba la guerra de Vientam se lo cogía, la que casaba homosexuales ya en los años 60 en un acto llamado “Boda homosexual en la Iglesia de la autodestrucción“, es la misma que escribe libros y gana premios por ellos, es una creadora que mira al infinito sin tapujos, es una de las artistas vivas más importantes del planeta.

aLlWuvITxCqLd1e955oa-2Mz0AsovzvOnghFrOmC0RY,zQ8hkb8g-bgxpZw9ptSYPO5wCKL4QEiLjHYGxt8AWYsKusama el arte como autodestrucción. 

Sí, todos tenemos un referente de Kusama, su arte ha logrado llegar a cada rincón del planeta, algunos conocen sus instalaciones, otros han visto seguramente sus óleos, otros afortunados pudieron ver sus performances en las calles de Estados Unidos.

Las ideas de Kusama no son muy difíciles de entender, en realidad son propuestas muy evidentes en todas sus creaciones que, sin embargo, logran detonar líneas de pensamiento muy profundas y sentimientos muy confrontadores.

Tal vez uno de los cuadros que bien podría resumir la principal idea de Kusama sea Flower (D.S.P.S.), una creación de 1954 de la que la japonesa explica:

Un día, estaba mirando un mantel de flores rojas sobre una mesa y, cuando miré hacia arriba, vi el mismo patrón cubriendo el techo, las ventanas, las paredes y, finalmente, en todo el cuarto, en mi cuerpo, en el universo entero. Sentí que comenzaba a autodestruirme para mezclarme en la infinidad del tiempo sin tiempo y en el absoluto espacio mientras me reducía a la nada. Me di cuenta entonces de que realmente estaba pasando, que no era solo mi imaginación, estaba aterrada. Sabía que debía huir si no quería que la vida me fuera arrancada por el hechizo de las flores rojas. Subí las escaleras desesperadamente. Los escalones debajo de mí comenzaban a destruirse mientras yo resbalaba lastimándome un tobillo.

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La obsesión con el infinito, con los patrones, con las partículas que se repiten a sí mismas marcaría todas sus piezas.

Ella misma ha dicho que los puntos que reproduce son un virus que se esparce por todas partes. La autodestrucción llega por esos puntos, porque el punto es la partícula del cosmos que somos todos y son todas las cosas. Pero no habla Kusama del polvo de estrellas de Sagan que le da significado a nuestra existencia, más bien más es una elaborada y productiva paranoia: si todos somos esos puntos, si esos puntos se reproducen hacia el infinito, entonces no somos más lo que creíamos ser, sino esos puntos iguales todos a si mismos: mirar los puntos de Kusama es sucumbir a la autodestrucción.

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Kusama sufre de un extraño tipo de OCD (Trastorno obsesivo compulsivo), que sin embargo la ha dejado dedicarse a su obra pero que la ha marcado permanentemente. El miedo y la ansiedad que pueden detonar la sexualidad, el otro que nos mira, nuestro lugar en el universo y el asesinato del hombre por el hombre, explotan en la cabeza de Kusama de una forma que nunca podremos comprender bien.

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Los artistas que producen a pesar (o más bien con) enfermedades mentales siempre muestran facetas que nos aterran y nos fascinan al mismo tiempo pues los miedos se exacerban en sus obras pero también la mirada luminosa, la esperanza que construye y la crítica al status quo.

Kusama ha visto la creación como curación, como terapéutica y desde luego, sus obras gritan y ríen en la paranoia de la belleza. Nada más terapéutico que pintar los miedos.

 

Yayoi Kusama: Obsesión infinita.

Ese es el nombre que la retrospectiva de Kusama en México recibe. Esta es la última parada de su retrospectiva más importante en Latinoamérica.

El Museo Tamayo, lugar que albergará la exposición, afirma que se presentará “un recorrido exhaustivo a través de más de 100 obras creadas entre 1950 y 2013, que incluyen pinturas, trabajos en papel, esculturas, videos, slideshows e instalaciones. Se presenta la trayectoria de la artista desde el ámbito privado a la esfera pública, desde la pintura al performance, del estudio a la calle”.

Los cuartos infinitos de Kusama son una serie de instalaciones temáticas que gira alrededor de un mismo concepto, paranoico, autodestructivo y hermoso.

Está por ejemplo el Infinity Mirrored Room – Love Forever.

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Y en México podremos disfrutar del Infinity Mirrored Room – Filled with the Brilliance of Life, acaso la más famosa y enigmática instalación de Kusama.

En otros lugares, la estancia de las personas en el cuarto de cuyo techo cuelgan leds, rodeado de espejo y sembrado con agua, excepto la península en donde uno se sitúa, es de apenas 45 segundos.

7W1_CpbPBepyhFoszoyF-1cQcNGdH1pTkEBBKbR96NMAdemás de poderse tomar una de las miles de selfies que veremos de la expo en Instagram, tendremos la oportunidad de reflexionar ahí dentro sobre la idea de la que hablábamos más arriba en este artículo, a saber, que somos una de esas luces (puntos, partículas) que son idénticas y lo cubren todo: dejamos de ser nosotros mismos por unos segundos y nos convertimos en esos inertes, iguales, inamovibles, puntos infinitos: la autodestrucción inevitable y fugaz.

Podremos también entrar al Infinity Mirror Room-Phalli’s Field (or Floor Show), que, como su nombre lo dice, está conformado por cientos de objetos (llenos de puntos, es decir, con el virus de la autodestrucción). casi todos de con formas fálicas.

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Uno de los temas recurrentes en el arte de Kusama es la sexualidad, específicamente los falos. Las relaciones carnales producen una ansiedad espeluznante en la artista (y bueno, en quién no), pero, además hay una crítica evidente al falogocentrismo, esa adoración cultural hacia el pene, totem y testigo de la forma en que el mundo realiza la cultura, atravesada por el sexo masculino, dominante y dictador. Ahí están de ejemplo los Silver Shoes, de principios de los setenta.

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Además, como mencionamos, cientos de otras creaciones de Kusama nos deleitarán a finales de septiembre.

La oportunidad de ver tan importante retrospectiva de Kusama en México es magnífica. No pueden dejar de ir a la expo y bueno instagramearlo todo…

Yayoi Kusama: Obsesión infinita, se exhibirá en el Museo Tamayo del 26 de septiembre de  2014 a 18 de enero de 2015 y en sopitas.com tendremos muchas sorpresas al respecto.

Por: Luis Miguel Albarrán @Perturbator

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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