Si el “realismo mágico” tuvo en Gabriel García Márquez a uno de sus principales representantes en la literatura, el cine halló el suyo en Eliseo Subiela, director argentino que, aún en activo, falleció la madrugada de ayer, a tres meses de sufrir un infarto.
El también guionista estaba por cumplir un año más de vida: nació el 27 de diciembre de 1944 en Buenos Aires, Argentina y, aunque fascinado por la aviación en sus primeros años, a temprana edad decidió que lo suyo era la cinematografía. Además, así como muchos artistas y escritores, Subiela también tuvo sus acercamientos con la publicidad, llegando a ser director creativo de la agencia Radiux Publicidad.
Fue en 1963 que realizó su primer cortometraje: Un largo silencio. De ahí siguieron Sobre todas las estrellas (1965) y Argentina, mayo de 1969: los caminos de la liberación (1969). Aunque estos trabajos recibieron buenas críticas e incluso algunos reconocimientos, fue hasta más de una década después con Hombre mirando al sudeste (1986) que Eliseo Subiela logró consolidarse como uno de los principales realizadores de su país.
Si la reflexión y la poesía tenían un fuerte peso en Hombre mirando al sudeste, en El lado oscuro del corazón (1992) esto sería más latente, al presentar como personaje principal a Oliverio (en clara referencia al poeta Oliverio Girondo) en la búsqueda de una mujer que pudiera “volar” después de hacer el amor. Aunque las escenas más recordadas de este filme corresponden a los versos del Espantapájaros de Girondo, en El lado oscuro… se evoca la poesía de Gelman y Benedetti.
Luego del filme del 92, Subiela incrementó y aceleró su producción con No te mueras sin decirme adónde vas (1996), Despabílate amor (1996), Pequeños milagros (1997), Las aventuras de Dios (2000) y, demostrando que segundas partes nunca fueron (tan) buenas, El lado oscuro del corazón (2001), entre otras.
Actualmente se encontraba trabajando en un nuevo proyecto, la cinta con título profético Corte final. Además, daba forma a un proyecto teatral basado en una obra de su autoría, La vida real. “El infarto fue una de las mejores cosas que me pasó en la vida”, dijo en entrevista para el diario argentino El Clarín, luego de sufrir el episodio acarreado por años de malestares cardiacos.