El universo de los muertos vivientes jamás habría sido un icono de la cultura popular si el gran George A. Romero no hubiera trabajado en el rubro del cine. Dedicamos un momento para recordarlo porque, según lo que han reportado fuentes confiables, un cáncer de pulmón acaba de terminar con su vida.

De acuerdo con el testimonio que dio su compañero de producción, Peter Grunwald, el director murió mientras dormía, no mucho tiempo después de batallar contra su enfermedad. También mencionó que su último aliento ocurrió justo después de haber escuchado la música de The Quiet Man (uno de sus filmes favoritos), junto a su esposa Suzanne Desrocher Romero y su hija, Tina Romero.

Gracias a su maravillosa visión del horror es que hoy, podemos ver joyas como Night of the Living Dead, el filme de 1968 con el que inició su incursión al mundo de los zombies. Su legado se extendió con más películas como Dawn of the Dead, Day of the Dead, Land of the Dead, Diary of the Dead y Survival of the Dead, entre otras.

Podríamos decir sin temor a equivocarnos, que fue él quien dio un sentido al término “Living Dead” (traducido al español como “Muertos Vivientes”), así como su relación directa con todas las películas con los seres de ultratumba. Por otro lado, su labor sirvió para inspirar a generaciones futuras de directores como Tobe Hooper o John Carpenter.

Romero también escribió y dirigió otros proyectos interesantes en el rubro terrorífico como The Crazies (1973) y Creepshow (1982), así como su secuela. Si alguna vez han tenido la oportunidad de verlos, estarán de acuerdo con nosotros en una cosa: jamás existirá una mente como la suya en el cine.

Dediquen un aullido zombie en su honor, miren sus películas o hagan su propio homenaje. Por nuestra parte, también dedicaremos a rendir un tributo muy pronto. Que en paz descanse este grande.

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